Santiago de Cuba, 18 ene.— El 18 de enero de 1961, hace hoy 58 años, el Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario de Cuba acordó suprimir el águila imperial que coronaba el monumento erigido en el malecón habanero a las víctimas de la explosión del acorazado norteamericano Maine, que explotó en la bahía capitalina el 15 de febrero de 1898 y que sirvió de pretexto a Estados Unidos para intervenir militarmente en la Isla y arrebatarle la victoria al ejército mambí frente al colonialismo español.
El acuerdo incluía además, la supresión en ese monumento al Maine, de los bustos de bronce de tres políticos norteamericanos William Mc. Kinley, quien en 1898 declaró la guerra a España para impedir la victoria cubana; Teodoro Roosevelt, creador de la política del Gran Garrote de fatales consecuencias para Cuba América Latina y el mundo y Leonardo Wood, primer interventor yanqui en la Isla.
Con este monumento construido en 1926 durante el gobierno de Gerardo Machado, Estados Unidos pretendió perpetuar un hecho, la explosión del Maine, que fue fatídico no sólo para Cuba, sino para el mundo porque la intervención militar norteamericana que se produjo después, fue el gran debut del imperialismo yanqui como tal e inauguró la era de los pretextos e intervenciones para avasallar a los pueblos, como lo hizo en Viet Nam, Afganistán e Iraq, para mencionar loe ejemplos más recientes.
Sin embargo, ese acuerdo del Gobierno Revolucionario no se hizo efectivo hasta el Primero de Mayo de 1961, cuando en tan significativa fecha una brigada de constructores derribó el águila imperial del monumento al Maine en el malecón habanero, la cual se conserva actualmente en el museo de la ciudad, como expresión del patriotismo y la conciencia antimperialista que en abril de ese mismo año le propinó a Estados Unidos su primera derrota militar en América Latina, producida apenas una semana después de haberse proclamado en Cuba el rumbo socialista.
