Bogotá, 14 sep.— El concierto inaugural “Presencias-Sonidos & Ecos”, que se realizará hoy en el Auditorio León de Greiff de esta capital, estará dedicado a las víctimas del genocidio palestino en Gaza y del conflicto armado en Colombia.
El evento, que forma del programa de música y memoria histórica de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), incluirá obras palestinas como I have no address, Refugiada, y Estrella de la mañana, además del estreno de una pieza del compositor colombiano Juan Forero.
Según divulgó la casa de altos estudios, la interpretación estará a cargo de la Orquesta Filarmónica de Mujeres, la primera de su tipo en el país, e instrumentistas del Conservatorio de Música de la UNAL.
Participarán asimismo en el recital el Coro Infantil de la Fundación Chaminade, el dueto Athrodeel (Ahmad Diab y Aseel Massoud), el pianista Moisés Bertran y la dirección será de la maestra brasileña Larissa Macedo.
El programa, detalló la comunicación de la UNAL, se distingue por su perspectiva feminista, con más del 60 por ciento de compositoras en la programación como Galina Ustvólskaya, Carolina Noguera Palau, el Colectivo Las Tesis, Gabriela Ortiz, Kaija Saariaho y Tania León, entre otras
También se caracteriza por su fuerte énfasis latinoamericano, con la presencia de creadores como Francisco Zumaqué, Diego Samper, Paul Desenne, Aldemaro Romero, Astor Piazzolla, Alberto Ginastera y Heitor Villa-Lobos.
“Presencias – Sonidos & Ecos” se presentará entre 2025 y 2027, con una serie de conciertos conmemorativos que buscan visibilizar la fuerza del arte como vehículo de memoria y reflexión.
Además de a Palestina, en esta ocasión se dedica el concierto a las víctimas del conflicto armado de la nación neogranadina, es especial a las que fueron enterradas en el sitio conocido como La Escombrera, en el departamento de Antioquia (noroeste), lugar que mereció el sobrenombre de la fosa común más grande de Colombia.
En el referido enclave se encontraron al menos cuatro conjuntos de restos óseos y se acometen actualmente trabajos forenses allí, pues miembros de la comunidad aseguran que en ese espacio yacen cientos de cuerpos que fueron sepultados a inicios de este siglo por grupos paramilitares y otros actores armados.