Desde los primeros momentos del triunfo de la Revolución, en enero de 1959, aprovechando que Cuba era un país económica y socialmente depauperado, Estados Unidos trató de impedir su avance en ambos sentidos, para hacer sucumbir el proyecto revolucionario y más a partir de la Ley de Reforma Agraria de mayo de ese mismo año, que afectó grandes intereses norteamericanos en la Isla.
Fue por eso que el 17 de mayo de 1960, el entonces presidente estadounidense D. Eisenhower aprobó el “Programa de Acción encubierta contra el régimen de Castro”, mientras que el 6 de abril de ese propio año, el secretario de Estado adjunto para los asuntos interamericanos, Lester D. Mallori expresó: “Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba (…) a fin de causarle hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno”
Y uno de esos medios concebidos fue en primer lugar, la negativa de las empresas petroleras norteamericanas de refinar el crudo procedente de la Unión Soviética, lo que obligó al Gobierno Revolucionario a intervenirlas a finales de junio y principios de julio de 1960, a fin de no permitir se creara una crisis en el país por falta de combustible.
La primera de las empresas petroleras norteamericanas intervenidas fue la Refinería Texaco de Santiago de Cuba, el 29 de junio de 1960, que pasó a manos del Estado revolucionario y de sus trabajadores, quienes mantuvieron funcionando la industria a pesar del éxodo de una parte del personal calificado de la misma, que marchó tras sus amos.
Dos días después, el primero de julio de 1960, fueron intervenidas también las Empresas Petroleras radicadas en La Habana Esso, de propiedad norteamericana y la Shell, inglesa, que se había prestado al juego de pretender ahogar a Cuba y su Revolución.
Fueron aquellas intervenciones sin dudas necesarias para mantener la vida económica del país, pero también por el respeto a la soberanía de la Isla, ya que la Ley Cubana de Minerales y Combustibles, vigente desde el 9 de mayo de 1938 establecía la obligatoriedad de esas empresas de refinar el petróleo crudo que el Estado le suministrara.
La Revolución cubana derrotó, hace hoy 63 años, la primera maniobra del imperialismo norteamericano para ahogar a Cuba económicamente, una política que se ha mantenido por más de cinco décadas sin lograr su objetivo. En homenaje a esta fecha se celebra cada año en Cuba el día del trabajador petrolero.