miércoles 31 diciembre 2025

La ausencia de los Consejos de Vecinos afecta la convivencia

Es casi una ley social no refrendada que, allí donde conviven varias personas bajo un mismo techo, alguien deba asumir la responsabilidad de organizar, mediar y poner límites, experiencia humana demostrada una y otra vez: sin normas claras ni figuras de coordinación, la convivencia se vuelve frágil y el conflicto encuentra terreno fértil porque el orden no surge de manera espontánea; es el resultado de acuerdos, liderazgo y participación colectiva, de lo contrario, la falta de organización termina abriendo paso, tarde o temprano, al desorden, la indiferencia y el caos cotidiano.

Esta realidad se manifiesta con particular fuerza en los edificios multifamiliares, donde se entrecruzan rutinas, necesidades y caracteres diversos, a lo que se suma, en la mayoría de los casos, la baja calidad de las terminaciones constructivas o las deficiencias acumuladas con el paso del tiempo: filtraciones en áreas húmedas como baños y cocinas, junto al deterioro general provocado por años de falta de mantenimiento sistemático, no solo afectan la estructura física de los inmuebles, sino que agravan los conflictos y tensan aún más la convivencia entre vecinos.

Ante este escenario, incrementado por la escasez de materiales de la construcción y el alto precio de estos, lo lógico sería que los consejos de vecinos funcionaran de manera efectiva, sin embargo, ocurre todo lo contrario: en la mayoría de estas edificaciones ni siquiera existen, vacío organizativo que provoca que cada propietario o familia actúe según su propio criterio y conveniencia, priorizando el bienestar individual por encima del colectivo.

La falta de coordinación no solo impide la solución adecuada de los problemas en las áreas comunes, sino que genera malestar, comentarios fuera de lugar y conflictos innecesarios que, con el tiempo, erosionan la convivencia y terminan dañando lo más valioso de cualquier comunidad: las relaciones humanas.

En el plano material surgen preguntas inevitables: ¿quién se encarga del mantenimiento de las escaleras?, ¿quién gestiona la limpieza de exteriores y la iluminación de las áreas comunes?, ¿quién regula la entrada, la ausencia y el uso del agua en los apartamentos?. Son demasiados asuntos como para dejarlos a la espontaneidad o a la simple buena voluntad individual.

A ello se suman conflictos no menos graves relacionados con el respeto al derecho al descanso y a la convivencia. El exceso de ruido como, golpes constantes dentro de los apartamentos, música a volumen elevado y a cualquier hora, discusiones que deberían permanecer en el ámbito privado pero que terminan involucrando a otros vecinos, entre otras violaciones del buen convivir que deterioran el ambiente colectivo y evidencian la necesidad de una organización que medie, regule y prevenga los conflictos.

Esa organización existe legalmente y tiene nombre: Consejo de Vecinos, presidido por una Junta de Administración elegida por los propietarios del edificio y sustentada en la Ley General de la Vivienda. Su ausencia o inoperancia no es un problema menor, sino una de las causas principales del deterioro físico y humano que hoy afecta a muchos edificios multifamiliares en Santiago de Cuba.

Destacadas
Comentarios
Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
Suscribirse
Notificar de
guest

0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios