Por Gabino Manguela
“La primera tarea hoy de los trabajadores sociales está en la elevación de su profesionalidad, es decir, necesitan alcanzar más herramientas para emprender y ejecutar mejor su labor, especialmente las problemáticas sociales que se encuentran en sus comunidades”, aseguró Yaniris Hernández Vento, vice ministra primera del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
“Su más importante responsabilidad es caracterizar a las personas, grupos y familias que viven en la demarcación en que actúan y tener muy claro quiénes deben ser objeto de atención social, algo vinculado a las dificultades que ellos sean capaces de identificar.“
En estos momentos —dijo— aún no tienen todas las herramientas para desempeñar ese cometido principalmente por carencias metodológicas que les impiden realizar una mejor caracterización de las situaciones y problemas en las familias cubanas y comunidades”, refirió.
Sin duda, las difíciles condiciones estructurales de la economía impactan de manera directa en la eficacia o no de su labor, incluso en que se asuma en una mayor dimensión su quehacer, mucho más porque durante largo tiempo fueron reclamados para la ejecución de tareas que no se correspondían esencialmente con su real contenido.
Al decir de la vicetitular del MTSS hoy tal situación no se manifiesta igual. “Este fenómeno ya no los tipifica. Han habido rectificaciones, por ejemplo, el primer ministro Manuel Marrero Cruz indicó a los gobiernos municipales lo que debe cumplir un trabajador social. De surgir alguna tarea agregada, se debe consultar con el MTSS”, aseveró.
Los trabajadores sociales arribaron este mes a su aniversario 24, tiempo en que han desarrollado su labor bajo múltiples presiones y dificultades. “En esa etapa la cifra total bajó significativamente y llegamos a ser solo 7 mil. Prevemos superar a finales de este 2025 los 17 mil. Hoy son poco más de 14 mil 565, el 83 % de la plantilla”.
Un trabajador social por cada circunscripción
El criterio de que la Revolución no deja a nadie desamparado no puede quedar en una consigna, y se vincula de manera directa con la gestión de los trabajadores sociales. “Tenemos la responsabilidad de evaluar las políticas sociales y públicas que se ejecutan, cuáles se ajustan más, y hacer propuestas a la dirección del país en ese sentido”, expresó.
Para lograr una mayor efectividad en la atención a personas, familias/hogares focalizamos las acciones por circunscripciones porque cada una tiene sus especificidades. Hay más de mil 730 ubicadas en zonas de difícil acceso y gran extensión territorial. Quedan pendientes 2 mil 474 circunscripciones.
“Guantánamo, Isla de la juventud, Artemisa y Mayabeque tienen sus plantillas totalmente cubiertas al 100 %, mientras La Habana aún dista de satisfacer sus necesidades”, precisó.
“Aspiramos a que sea un promotor, un orientador, un profesional al lado de cada delegado, que lo acompañe en su gestión, lo cual favorece el vínculo directo con instituciones ubicadas en la circunscripción y la implementación de estrategias de desarrollo local, las políticas y los servicios”, señaló.
Entre los avances para la formación de esa fuerza calificada está la apertura en La Habana, hace dos años, de la Licenciatura en Trabajo Social. Para el actual curso se llevó a las universidades del país. Los que vayan incorporándose deberán estar estudiando una carrera universitaria, o tener al menos duodécimo grado para iniciar de inmediato estudios del nivel superior. “Queremos profesionalizar a quienes aún no lo poseen”, afirmó Hernández Vento.
Pero no es solo elevar su nivel cultural, porque “quien no tenga una alta sensibilidad, alta empatía, quien no logre ponerse al lado de la gente, responder a sus demandas, no podrá ejercer bien su trabajo”, concluyó.