miércoles 10 diciembre 2025

Más allá de la justificación, el peso del bloqueo en la vida de los cubanos es real

A lo largo de más de seis décadas, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos ha sido uno de los temas más controvertidos en torno a la realidad cubana: para algunos, se trata de una justificación reiterada por el gobierno para no reconocer los errores propios del modelo socialista, para otros, constituye la causa principal de los males estructurales que enfrenta el país.

Es innegable que la gestión económica interna ha mostrado fallos, lentitud en la toma de alunas decisiones y deficiencias en la aplicación de estrategias de desarrollo, pero también resulta imposible desconocer el peso de un cerco que, desde su instauración en 1960, ha buscado deliberadamente debilitar al estado cubano y generar descontento entre su población.

La génesis de esa política está documentada: en abril de 1960, Lester D. Mallory, entonces vicesecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, redactó un memorando al presidente Dwight D. Eisenhower donde proponía “negar dinero y suministros a Cuba” y provocar “hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”. Con esa recomendación, se sentaron las bases de una estrategia de presión económica que, 65 años después, sigue vigente y se recrudece con renovadas sanciones.

Según estimaciones de la Cancillería, entre el 1ro de marzo de 2024 y el 28 de febrero de 2025, el bloqueo provocó daños y perjuicios materiales por 7 mil 556,1 millones de dólares, una cifra que evidencia su impacto en sectores esenciales como la salud, la educación, el transporte y la alimentación: “No hay esfera de la vida social y económica que escape a los efectos del bloqueo”, afirma el informe, declaración que se confirma en las carencias cotidianas que afectan a millones de cubanos.

Más allá de los números, el debate gira en torno a la relación entre las causas externas y los errores internos. ¿Hasta qué punto las ineficiencias del sistema agravan los efectos del bloqueo, y cuánto del malestar cotidiano proviene directamente de las restricciones impuestas desde los Estados Unidos Unidos?. Las respuestas son complejas, pero el impacto combinado de ambas realidades marca el día a día en el país.

En medio de ese panorama y de los desafíos aún pendientes, la sociedad cubana mantiene una firme vocación de resistencia y creatividad que le ha permitido sostener proyectos comunitarios, culturales y productivos, incluso frente a las más duras limitaciones.

Sesenta y cinco años después, la nota de Mallory no solo es un documento histórico: es la evidencia de una política que ha perdurado y que, más que un debate ideológico, representa un obstáculo concreto para el desarrollo de la nación cubana que sigue luchando por alcanzar su plena independencia económica y bienestar social.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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