Tras 16 horas en estado agónico en un hospital de La Habana, el 17 de octubre de 1948, hace hoy 77 años, falleció el líder portuario cubano Aracelio Iglesias, que la noche antes al salir de una reunión fue baleado por la espalda por matones al servicio del gobierno corrupto de Carlos Prío y de la embajada estadounidense en la capital.
En esos momentos Aracelio era secretario general de la Federación Obrera Marítima del puerto de La Habana, cargo para que fue elegido en 1939 debido a sus luchas por las reivindicaciones de los portuarios capitalinos y los del resto del país frente a los desmanes de las navieras Flota Blanca y World Line, que querían convertir los puertos cubanos en los más baratos del mundo explotando a los obreros.
La prensa al servicio de los intereses capitalistas llamaban a Aracelio Iglesias el Zar Rojo del puerto de La Habana, por la unidad que logró en este sector, convirtiéndose así en un enemigo peligroso el cual era necesario eliminar, como se hizo en esa época con otros líderes obreros, entre ellos Jesús Menéndez, del sindicato azucarero.
Al morir Aracelio tenía 46 años de edad pues había nacido en Consolación del Sur, Pinar del Río, el 22 de junio de 1901. Huérfano de padre y madre a los 13 años marchó a la capital comenzando a trabajar como bracero en el muelle San José del poblado de Regla y posteriormente en otros de la rada habanera donde devino en un destacado líder sindical.
En 1931 Aracelio Iglesias ingresó en el Partido Comunista y estuvo entre los organizadores de la huelga general que derrocó a la dictadura de Gerardo Machado en agosto de 1933. Asimismo, fue de los líderes sindicales que acompañó a Lázaro Peña en la fundación de la CTC.
El sepelio de Aracelio Iglesias el 19 de octubre de 1948, constituyó una sentida manifestación de duelo que paralizó la capital del país como respuesta de la clase obrera al crimen cometido contra el destacado líder portuario y para exigir castigo de sus matadores bajo la protección del gobierno corrupto y mafioso de Carlos Prío.
Los objetivos laborales y sociales por los que luchó y murió Aracelio Iglesias fueron plenamente alcanzados por los portuarios cubanos y toda la clase obrera nacional, tras el triunfo de la Revolución en 1959. 77 años después del crimen mantenerlo presente día a día en el trabajo creador es el mejor homenaje que se le puede rendir a este destacado luchador sindical y comunista.