Por Alfredo Castañeda Ascanio
El boxeo santiaguero cerró su actuación en el Torneo Playa Girón con un cuarto lugar general, su mejor resultado en años recientes. Un desempeño que invita tanto al optimismo como a la reflexión, pues si bien hay avances palpables, también persisten desafíos que marcarán la ruta futura.
Uno de los hitos más reveladores no estuvo solo en el medallero, sino en la explosión del boxeo femenino, donde Santiago se posicionó como líder nacional, incluso por encima de provincias tradicionalmente fuertes como Villa Clara. No es solo un dato estadístico: es una señal de cambio, compromiso y crecimiento.
El comisionado provincial de boxeo destacó que, pese a la ausencia de figuras clave como Jesús Manuel (48 kg) por prescripción médica, y otros como Fernando Arzola y Freddy Pérez en preparación internacional, el equipo logró consolidar una base competitiva. «Nos sentimos contentos porque vemos un principio de lo que puede ser el boxeo ahora para Santiago», afirmó.

En medio de esas ausencias, el brillo individual no faltó. Luis Enrique Vinent, en los 60 kg, conquistó la única medalla de oro, mientras Raikol Leonard también sostuvo la aspiración de podio. Pero el mayor mérito, quizás, fue la resiliencia del colectivo, que con menos recursos y más convicción, sostuvo el nivel competitivo.
Mención aparte merece el desempeño de las mujeres en el cuadrilátero. «Muchachitas», como con ternura las llama el comisionado, aunque muchas ya madres y con responsabilidades múltiples, no fallaron ni un solo día al entrenamiento. Su compromiso fue clave para colocar a Santiago en la cima del ranking femenino nacional.
Más luces que sombras para el boxeo de la provincia. Hay una estructura que comienza a dar frutos, una cantera con hambre de gloria y una disciplina femenina que promete reescribir la historia. El reto ahora es sostener el impulso, ampliar las bases y afinar los detalles técnicos. Santiago ya volvió al podio… ahora toca pelear por la cima.