La bancarización en Cuba ha traído consigo una serie de retos y cambios en la forma en que los ciudadanos manejan su dinero. Aunque muchos ahora cuentan con tarjetas bancarias magnéticas, la situación no ha mejorado significativamente. Una santiaguera anónima expresa su frustración al señalar que, aunque ya no se ven obligados a hacer largas colas frente a los bancos, la realidad se ha trasladado a los cajeros automáticos, donde el efectivo escasea. Esta falta de billetes, según ella, persiste porque una parte de la población acumula dinero que no regresa al sistema bancario.
Esta problemática se agrava con el fenómeno de las remesas. La entrevistada menciona que su familia en el extranjero le envía regularmente dinero a través de redes informales que operan en euros y que, cuando sus familiares visitan Cuba, le traen billetes nuevos y de alta denominación. Esto plantea preguntas sobre la circulación del efectivo en la economía local y su uso en las mipymes, donde los productos son más accesibles.
Por otro lado, Jessica, una joven santiaguera, comparte su experiencia dual con la bancarización. Si bien reconoce las ventajas de las transferencias y pagos en línea, también señala la creciente escasez de efectivo que ha dado lugar a una figura de especulador que cobra un porcentaje por proporcionar dinero en billetes o realizar transferencias.

Rosa María Abrantes Fouz, directora de sistemas de pago del Banco Central de Cuba (BCC), informa que actualmente existen más de 16 millones de tarjetas bancarias en el país, de las cuales alrededor de 11.5 millones están activas. Ella enfatiza los beneficios para los comercios de operar sin efectivo, lo que no solo facilita las transacciones, sino que también reduce el riesgo de robos. Además, la bonificación del 6% para pagos en línea ha incentivado a los ciudadanos a adoptar esta modalidad.( Tomado del Periódico trabajadores)
Sin embargo, persiste el problema de que muchos comercios utilizan cuentas personales para recibir pagos, evitando así el cumplimiento fiscal. Abrantes también reconoce las demoras en la entrega de códigos QR por parte de las plataformas de pago, resultado de que muchos actores económicos esperaron hasta el último momento para cumplir con las regulaciones establecidas por el Ministerio de Comercio Interior.
Aunque la bancarización ha traído ciertos beneficios en términos de conveniencia y seguridad, también ha revelado profundas dificultades relacionadas con la disponibilidad de efectivo y la adaptación del sistema económico a estas nuevas formas de pago.