sábado 16 agosto 2025

La Verdadera Ruta de Fidel

Cuando en las postrimerías del siglo XX Fidel recalcó innumerables veces la necesidad del rescate de la historia, lo dijo con toda certeza y pruebas, entonces, neófitos o no, mal intencionados o confundidos, busca-protagonismo y oportunistas, comenzaron en apuros a conquistar un nicho que nunca tuvieron en la más reciente etapa revolucionaria por la definitiva liberación nacional.

Así, en el intento por medallas y reconocimientos afloraron dislocaciones, pérdidas de datos, testimonios incompletos, y lo peor, investigaciones que nunca tuvieron categoría científica sobre la Verdadera Ruta de Fidel, tras el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.

Inesperadamente, surgieron pretensiones de turismo de senderos históricos y entidades estatales que avalaron falsas vías sobre el camino de Fidel y sus colegas asaltantes por vericuetos jamás entendidos, ni por lógica.

Imagine que después del asalto, desde la Granjita Siboney, Fidel en rumbo sierra arriba durante seis días, literalmente, una semana en el intento por ganar el monte, un recuento que dice de un recorrido duro, agotador por ríos, cañadas, pedregales, en condiciones hostiles, todo el tiempo perseguidos por la soldadesca batistiana, hasta registrar como especie de un lazo, casi próximo a la carretera de donde partieron.

Y el colmo, estos “señores” de hoy, lanzaron sus senderismo con intenciones nada serias, y ubicaron la conexión inmediata: punto de inicio con el final de esta historia, al punto que en una mañana, o menos, para ellos Fidel reeditó la travesía, ¡Vaya supuesta “autenticidad” patrimonial muy ilógica”

Los defensores de esta nueva historia van contra todo, porque al parecer, Fidel entonces no estuvo seis días en las montañas en busca de nuevos rumbos de lucha armada, y para colmo, los numerosos testimonios vividos, personalmente, en mi investigación inicial por el entorno de Los Altos de Ocaña, serian inciertos, y no lo creo en esta mediación, porque le atribuyo mucho respeto y categoría excelsa a la inolvidable colega Marta Rojas, y al buen amigo que fue Ángel Luis Beltrán Calunga, del periódico Sierra Maestra, por citar tan sólo dos investigadores que dejaron libros y muchas notas,  fotografías,  grabaciones y otras documentaciones sobre el tema.

Ahora, renace un pequeño equipo, incansable por redescubrir y reorientar cada sitio histórico, cada parada, desvíos, allá donde los campesinos organizaron la vigilancia atribuida como el primer antecedente de lo que serían después los Comités de Defensa de la Revolución y late justa la frase del entonces teniente Sarria:

“Las ideas no se matan”.

Cadetes a punto de graduarse emprenden, por tradición, la verdadera Ruta de Fidel desde la granjita Siboney hacia las profundidades de la sierra inmediata. Foto: Santiago Romero Chang

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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