Texto y Fotos Claudia Virginia Fernández Pacífico Estudiante de Periodismo
Hoy, por primera vez entré a un quirófano. Tenía la tarea de hacer un reportaje por la Jornada contra el cáncer, para presentarlo en la televisión, pero el pecho me palpitó.
Me encontraba en el Hospital Oncológico, al que solamente pisé cuando mi abuelo perdió la vida a causa de un cáncer de colon.
Y me pregunté…
¿Cuántos ya habrán pasado por esos pasillos, por esas puertas y por tantos análisis?.
Me vistieron de color verde, sí, ese que representa la esperanza, la cual no deben de perder nunca esos pacientes. Al entrar, era todo como en las películas, los médicos con sus herramientas, los enfermeros siendo la mano derecha y los estudiantes de medicina aprendiendo. Un monitor de eventos cardíacos que marcaba cada latido del corazón.

Hablar de cáncer puede ser difícil, pero es crucial hacerlo con conocimiento y entendimiento. El cáncer no es una sentencia, sino un conjunto de enfermedades complejas que pueden ser abordadas con información precisa, detección temprana y tratamientos innovadores. Cuanto más aprendemos sobre el cáncer, más empoderados estamos para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud, apoyar a quienes lo enfrentan y contribuir a un futuro donde el cáncer tenga menos impacto en nuestras vidas.
Hoy veo la novela y la situación de Omara también conmueve, tal vez Sábados de Gloria no sean tan gloriosos y siempre va haber alguien peor que tú. Esta vez pasando por un cáncer de mama y si estuviera en la dramaturgia el Dr. Miguel Ángel Ofarri, Especialista en Oncología bien pudiera decir: “Si te quiere ese hombre se quedará, sino ya él buscará una excusa para irse y con un solo seno eres y serás siempre una mujer valiente.
El cáncer es un viaje que nadie debería recorrer solo. Afortunadamente, hay una inmensa red de apoyo compuesta por familiares, amigos, profesionales de la salud y organizaciones dedicadas a brindar cuidado, información y esperanza. Reconocer que no estamos solos en esta lucha es fundamental para mantener la motivación, la fuerza y la perspectiva positiva. Juntos, podemos enfrentar los desafíos del cáncer con mayor resiliencia y determinación.

Nunca pensé llegar a una sala donde me recibieran en silencio y me despidieran con tanto dinamismo. Quimioterapia, es solo una pieza del rompecabezas en el tratamiento del cáncer. Forma parte de un plan integral que puede incluir cirugía, radioterapia, inmunoterapia y otras terapias innovadoras. Es un enfoque colaborativo que busca el mejor resultado posible, brindando esperanza y mejorando la calidad de vida.
Ana Mirta Mendoza paciente que lleva 3 meses de quimioterapia y comenta que encuentra una mejoría luego de este tratamiento, que gracias a la operación hoy está viva y que va a seguir cumpliendo.
Entre risas y nerviosismo nos comenta Virgilio Rivera, paciente con cáncer de próstata, que bajo quimioterapia lleva 2 años, su agradecimiento al equipo de enfermeras porque ellas son el motor impulsor de risas, cuentos y ocurrencias.
Ver sus rostros, capaces, decididos y determinados en búsqueda de ese color verde, en busca de esa esperanza fue lo más impactante que aconteció en ese justo momento, donde no había enfermedad más fuerte que las ganas de luchar de cada uno de ellos.
Ya casi salíamos de la sala cuando les dije: Gracias, por ser fuertes, por ser valientes y risueños, no se cansen nunca porque ustedes son ese cáncer que no le teme a la muerte.
