Autor: Pastor Batista Valdés
Entre atletas (de todas las disciplinas), entrenadores, directivos territoriales del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, pero sobre todo entre la población de Las Tunas, sigue incrementando su repercusión la noticia acerca de la cinta cinematográfica que, en coproducción cubano-rusa, debe hacer justa reverencia a la grandeza del tricampeón olímpico y mundial, Teófilo Stevenson Lawrence.
Una verdadera explosión de júbilo y de sano orgullo siguió a la revelación de ese proyecto, tras hacerse público en la cabecera provincial tunera, justo donde, en 1988, el afamado pugilista le dijo adiós al boxeo activo.
Informaciones trascendidas recientemente, en diferentes medios, citaron declaraciones del cineasta cubano Alejandro Gil, quien tendrá a su cargo el guion y la dirección de la película, cuya filmación debe transcurrir en escenarios de esa oriental provincia, así como en la capital cubana y en Rusia.
Bajo el emblemático nombre de Teófilo, y sin constituir un producto propiamente biográfico, la cinta pretende condensar, en alrededor de dos horas, elementos humanos y deportivos de alto valor, en torno a la vida del hombre a quien los árbitros le alzaron el brazo, en señal de indiscutible triunfo, 301 de las 321 ocasiones en que subió al cuadrilátero para combatir.
Así, en el filme no solo podrá hallar espacio el ascenso por una empinada cuesta hacia la gloria, desde plantaciones cañeras asentadas en la zona de Delicias, Puerto Padre, sino también momentos cumbres como los cetros olímpicos conquistados en Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980, además de igual cantidad de títulos mundiales.
Evidentemente, la presencia de los actores Alejandro Phillips y Kike Quiñones, quienes encarnarán a las figuras de Stevenson y del destacado entrenador Alcides Sagarra, respectivamente, aumentó el interés cuando se dio a conocer la noticia acerca de la nueva película de Alejandro Gil.
No hay que ser profeta para saber que, una vez concluido el rodaje, y llevado en grande a la pantalla, Teófilo puede ser una especie de refrescante y muy saludable jab, directo, en este caso, a la pupila de miles y quizá millones de espectadores, que tuvieron el privilegio de apreciar alguna vez el virtuosismo sobre el ring, en los puños de un hombre que pudo poner fin, por vía fulminante, a muchos más combates frente a sus rivales. Tan poderosa como su pegada era la sensibilidad interior, a bordo de eso que algunos llaman «la caja del pecho».