miércoles 06 agosto 2025

La Jungla sobre ruedas

¡Dale!, ¡Dale!, ¡Dale!…

Es la voz del mando del llamado “machacante” o cobrador de camiones y camionetas donde muchas veces nunca se sabe ¿quién manda?, lo cierto es que a toda prisa siempre andan estos medios de transporte que de 1 peso, inmediatamente, pasaron a 5, luego 10, 20 y ahora 30 y hasta 50 el viaje por persona, no importa a donde vayas.

“¿Llegaré o no con vida? Se pregunta una señora y todos a bordo la miran con preocupación, solamente, 1 ó 2 personas reclaman “moderación” en la velocidad en un medio de transporte que siempre sobrepasa el límite de pasajeros autorizados por la regulación del tránsito.

Lo peor es que están ausentes los llamados “caballitos” o agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, incluso, en estos casos se hace sentir, tanto en la parada como en el viaje, la misma pregunta que yo hacía sobre las irregularidades en los servicios de los nuevos actores económicos:

“¿Y los inspectores? ¿Dónde están los inspectores?”.

El interés marcado responde ante tantas irregularidades diarias y quejas de la población, precisamente, sobre el papel de los inspectores del tránsito, ¿quiénes los regulan?, ¿por qué un leve control por donde, supuestamente, estuvieron, detecta no pocas anomalías?

De pronto, aparece un inspector y ordena parar, pide documentos al chofer, pero excluye al “machacante”; el conductor hace un guiño y, bruscamente, la conversación cambia de tono y volumen, porque ya es intima y ocurre dentro de la misma cabina del camión. Una risa inesperada pone fin al supuesto “control” y ¡adelante que aquí no pasó nada! Que siga el viaje con sobrepeso de pasajeros, niños y niñas que apenas pueden sujetarse, abuelas que están a punto de la caída porque nadie le da el asiento y el entorno cada vez más agresivo.

Adentro es el vaho, el sudor, las pisadas sin disculpas, “el duro” con el reggaetón bien alto, y el camión sigue a toda velocidad para llegar primero que el otro que lo sigue.

Las quejas seguro regresarán al próximo proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores, ante tantas miopías intencionadas, porque quienes tienen la obligación ante estas y otras irregularidades, simplemente, “no hacen nada”, por el contrario, reciben regalías o favores de otro tipo, prima entre ellos la desactualización en temas legales, incomprensiones, ilógicas y contradicciones en determinados casos, a la hora de pedir ciertas documentaciones.

En el caso de las motos es “alarmante” el tema de los precios y la velocidad de muchos conductores que ponen por delante su ego y apenas consideran la suerte del pasajero. Y si es a partir de las cinco y media de la tarde, el valor de una “corrida normal” es indirectamente proporcional al tiempo, o sea, mientras más oscurece, peor es el valor del viaje, y si tienes una urgencia, no importa de qué se trata, muy caro te saldrá el traslado hacia determinada dirección, por muy corta la distancia.

En el regreso a casa ocurre lo peor, ya es más tarde y no hay transporte, momento oportuno para motoristas, choferes de autos sin licencia o con documentación desactualizada, todos resueltos con una estocada a fondo sobre tu bolsillo, la pista está más desolada, suena bruscamente el tubo de escape, cierra los ojos, ¡alerta!, el peligro acecha…

Le llaman a Santiago de Cuba “la capital de las motos”, un medio de transporte cuyos choferes compiten a diario con los camioneros y choferes de camionetas y autos, en franco desplazamiento por toda la ciudad y la provincia, pero sobresale la pregunta ante tantas ilegalidades: ¿dónde están los inspectores?
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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…