Autor: René Tamayo León
Bauta, Artemisa.– Como se entra al campo, a punto de la alborada, más de un centenar de cuadros y trabajadores del Comité Central del Partido Comunista de Cuba realizaron este domingo un trabajo voluntario en áreas de la Empresa 16 de Abril, para conmemorar la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana, aquel día de 1961.
Algunos trajeron a sus hijos pequeños, quienes, a su manera, participaron en la siembra, desyerbe o cosecha de boniato, en la plantación de yuca o en la limpieza de maíz, como mismo hicieron cuadros y trabajadores del Comité Nacional de la UJC, y compañeros de otras entidades.
Junto a ellos estuvieron el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, y otros miembros del Secretariado del Comité Central.
La presencia de un reducido grupo de niñas y niños fue algo grande para Ernesto Olivera Podadera, trabajador del sistema empresarial de la organización. Hasta pensaba traer al pequeño de casa, pero no se decidió. Para la próxima vez vendrá con él, afirma.
Con 56 años de vida, no recuerda a cuántos «domingos rojos» asistió, fueron muchos, incontables; aprendió de su valor desde niño, cuando su madre lo llevaba de la mano a la movilización.
«El trabajo voluntario no es algo que tenga que sorprender, es parte de la normalidad; al menos de la generación nuestra, que creció viendo a la vieja yendo y viniendo de ellos. Yo fui educado en eso», aseveró.
«Y esto –añade– tenemos que hacerlo, porque además de sus efectos directos, por lo que podemos aportar, enseña, te forma, te ayuda a comprender que quienes trabajan en la agricultura se sacrifican bastante; además, tiene un componente importante de socialización con tus compañeros del centro laboral.
«Este tipo de actividad –resumió Olivera Podadera– es un acto de desprendimiento, porque en tu día de descanso, de atender a la familia y otras cuestiones, te decides a participar, porque son cosas importantes que tenemos que hacer por nuestro bien y el de los demás».
Geinelys González Pradera tiene 24 años, es técnico de nivel medio en Gestión Documental, labora desde 2020 en áreas de los archivos del Comité Central. Casi todas las semanas, ella y sus compañeros vienen a dar su aporte en las áreas de autoabastecimiento de la organización.
«Yo siempre iba con mi mamá a los trabajos voluntarios, y ahora veo cómo los jóvenes se entregan a esto y, con ellos, cómo estamos creciendo», dice.
Para Eduardo Escandel Santana, de 34 años de edad, graduado de Derecho y trabajador del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central, en la actual coyuntura, cuando el tema alimentario es fundamental, el trabajo voluntario en los campos es lo más importante, porque la producción agropecuaria, explicó, tiene que ser eje de atención de todos los que podamos aportar.
