Bayamo.— Una representación de pueblo, junto a las máximas autoridades políticas y gubernamentales de la provincia de Granma, recordaron la víspera la entrada a esta histórica ciudad del Comandante en Jefe Fidel Castro y su gloriosa Caravana de la Libertad, hecho acaecido en igual fecha, pero de 1959.
En ocasión de cumplirse el aniversario 65 de aquel suceso, a partir del cual inició una nueva etapa en la historia de la isla, dirigentes, artistas y ciudadanos se unieron en un acto político-cultural que tuvo como sede la primera plaza denominada de la Revolución en Cuba.
Verdaderos testigos de la lucha insurreccional en las montañas de la Sierra Maestra, prestigiaron la rememoración fundadores y nuevos músicos del legendario Quinteto Rebelde, creado por idea del propio Fidel, el 14 de mayo de 1958.
Reynaldo Fernández Rivero, primer secretario del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), repudió el genocidio israelí contra Palestina y abogó por la paz en todo el mundo.
Ponderó la importancia y el valor histórico de la vocación internacionalista y la unidad del pueblo cubano, esas que las nuevas generaciones continuaremos enarbolando, como armas imprescindibles en la defensa de nuestra Revolución, afirmó.
Como parte de la ceremonia, una selección de nuevos militantes recibieron el carnet acreditativo del Partido Comunista de Cuba y la UJC.
Unos 40 integrantes de organizaciones estudiantiles, instituciones militares y bisoños trabajadores, junto a combatientes de la epopeya, tuvieron el alto honor de reeditar el recorrido de los barbudos del Ejército Rebelde, en el tramo de la Carretera Central comprendido entre el poblado de Jiguaní y la ciudad de Bayamo.
Previo al recibimiento de los caravanistas procedentes del vecino territorio de Santiago de Cuba, el grupo de vanguardia visitó lugares de interés en Jiguaní, y sostuvo un encuentro de generaciones con protagonistas de la última etapa de la guerra de liberación nacional.
La historia refiere que los bayameses no durmieron en la noche del 2 para el 3 de enero de 1959, cuando ofrecieron un grandioso recibimiento a Fidel y los guerrilleros, también en la emblemática Plaza de la Revolución, donde el 20 de octubre de 1868 tuvo lugar la firma del acta de rendición de las tropas colonialistas españolas en la mayor de las Antillas.
