Los Ćŗltimos hechos colocaron el protagonismo de Santiago de Cuba en las noticias de la Ć©poca: el alzamiento del 30 de noviembre cuando se vistió āpor primera vez- de verde olivo en la ciudad en apoyo al desembarco de los ochenta y dos expedicionarios del yate Granma.
Luego, le tocó a la resistencia clandestina en la ciudad desmentir que Fidel habĆa muerto. Los Medios de Prensa al servicio de Fulgencio Batista dijeron que lo tenĆa todo controlado Batista. Y la respuesta fue que la ofensiva rebelde avanzó mejor a partir de mayo de 1958, desde el sur oriental.
Fidel ordenó a los jefes de las columnas rebeldes, avanzar. Pero vendrĆan despuĆ©s otras difĆciles batallas en el camino. Por ejemplo, para la liberación de Santiago de Cuba, el lĆder de la revolución cubana combinó las fuerzas rebeldes. En el batey del central AmĆ©rica, en la salida de Contramaestre, se ubicó la Comandancia General del EjĆ©rcito Rebelde. Desde allĆ” se realizaron todas coordinaciones con todos los mandos rebeldes. Incluso, no faltaron las noticias desde el centro del paĆs.
Y en diciembre de 1958, el movimiento revolucionario 26 de julio generalizó la guerra por el paĆs, al aplicar tambiĆ©n su jefatura de acción en el occidente de Cuba, el mĆ©todo guerrillero como forma de lucha militar. La ofensiva final fue mĆ”s poderosa con el llamado de Fidel desde Palma Soriano y luego, desde los micrófonos de la CMKC en Santiago.
Los rebeldes cortaron las comunicaciones. Entre Camagüey y GuantÔnamo se llegó a tener 17 mil soldados cercados y la isla dividida en dos partes. En el jigüe se libró una dura batalla. No faltaron combates mÔs duros donde se crecieron hombres y mujeres forjados al calor de la lucha.
Creció mĆ”s la moral del EjĆ©rcito Rebelde. Razones sobraron para llevar la invasión de oriente a occidente. AllĆ”, en el centro del paĆs, El Che demostró inteligencia y fuerza al dirigir el ataque a la ciudad de Santa Clara. Camilo tambiĆ©n dirigió la difĆcil batalla de Yaguajay, que lo detuvo un poco, pero logró avanzar hacia la capital donde habló del empuje rebelde.

Este recuento histórico tuvo su clĆmax aquĆ en Santiago de Cuba con la CMKC en transmisión desde el parque CĆ©spedes. El pueblo abrazó a los rebeldes. El cura miró al cielo invernal. En el extremo derecho, las ruinas de la casa de Don Diego VelĆ”zquez al frente, muchos devotos en la catedral. A la izquierda, por el hotel Casagranda, no faltaron los curiosos. Y mĆ”s próximos, estuvieron los tanques.
Hasta lo mĆ”s alto del balcón central del Ayuntamiento de Santiago de Cuba se izó la bandera cubana, pero el Comandante en Jefe tuvo su discurso a capela en medio de la euforia popular por el triunfo revolucionario del Primero de Enero: āesta vez lo mambises sĆ entraron triunfante a Santiago de Cubaā. Dijo Fidel y aƱadió que seguirĆan los combates hasta liberar a toda Cuba, pero ya Santiago era soberano.
Lo innegable era que el EjĆ©rcito Rebelde se encontraba en Santiago de Cuba, en el despertar de un āĀ”Enero de Victorias hace 65 aƱos!ā