Según la Oficina Nacional de Estadísticas, en 1959 la población de Cuba era de aproximadamente 6 millones de personas; hasta la fecha actual de 2023, esa cifra ha alcanzado más once millones, lo que implica que más de cinco millones de compatriotas han nacido y vivido bajo los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América desde el triunfo de la revolución.
Este castigo impuesto por la mayor potencia mundial es la respuesta del gobierno estadounidense a la decisión de los cubanos de convertir a Cuba en un país soberano e independiente, con el deseo de construir un proyecto del buen vivir para todos sus habitantes.
En 1991, Cuba presentó su caso ante la comunidad internacional y llevó la perversa política estadounidense al escrutinio de los miembros de la Asamblea General de la ONU, pero en aquella ocasión el proyecto de condena fue retirado debido a las presiones de Washington sobre gran parte de los países representados en el foro.
Desde entonces, el proyecto se ha presentado cada año, y en 1992 la votación fue de 59 votos a favor, 3 en contra, 71 abstenciones y 46 no asistieron al debate, números que evidencian que todavía una buena parte de las naciones no deseaba enfrentarse al imperio y buscarse problemas.
Posteriormente, en 29 ocasiones, el número de países que apoyaron a Cuba creció de manera vertiginosa, y en 2022 los votos fueron 185 a favor, dos en contra y dos abstenciones, sin embargo, muchos en el mundo se preguntan ¿para qué sirven estas votaciones y condenas sucesivas si no son vinculantes y los Estados Unidos continúan ignorándolas y haciendo caso omiso?
En esta ocasión, la «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», en su trigésima presentación, seguramente será votada a favor de nuestro país por amplia mayoría. A pesar de la posición arrogante y genocida de los EE.UU, los pueblos y los países ganarán en conciencia y seguirán apoyando nuestro proyecto de independencia.
Como expresó la representante de la República de El Salvador en nombre de los países centroamericanos en el plenario de este miércoles, Cuba es un «símbolo de solidaridad, calidez y humanismo», por lo tanto, en esas palabras se refleja la necesidad y utilidad de seguir denunciando en la ONU, al gobierno fascista de los Estados Unidos de América.
