El 16 de septiembre de 1895 se decidió qué hacer entre la disyuntiva: poder civil y el militar. Y fue otro grande, Enrique Loynaz quien propuso la salida “decorosa para ambos bandos patriotas”: la creación de un Consejo de Gobierno con poderes ejecutivos y legislativos. Después de no pocos debates, finalmente, quedaron definidos los veinticuatro artículos de la nueva Carta Magna de la República de Cuba en Armas.
Hacía veintidós años de la muerte del Mayor, precisamente, en esos mismos potreros del llano de Jimaguayú, donde Ignacio Agramonte desafió a la muerte, a punto del nombramiento al frente del Ejército Mambí, altísimo reconocimiento a quien abandonó su posición privilegiada y decidió luchar por la independencia de la colonia española.
Sobre la base bien clara del principio de la separación de Cuba de la Española y como Estado libre e independiente, con “Gobierno propio por autoridad suprema” por fin, en los llanos de Jimaguayú quedó aprobada, oficialmente, la nueva Constitución de la República de Cuba en Armas.
Imprescindible cuerpo legal para la “guerra necesaria”, la gran contienda por la independencia nacional contra el colonialismo español. La Constitución de Jimaguayú fue una noticia desde los llanos y sierras hasta la propia capital agitada por aquel magno documento firmado en Camagüey el 16 de septiembre de 1895, cuando cobró forma jurídica el movimiento anticolonial generalizado en el centro y el oriente del archipiélago cubano.
A juzgar por el Doctor Eduardo Torres Cuevas, “se tuvo la experiencia de diez años de guerra y el pensamiento organizador de José Martí; ya existe un Partido Revolucionario Cubano, un periódico Patria, los discursos y el trabajo organizativo del Maestro Martí. La Revolución del 95 necesita también su Ley de leyes. Es fundamental para establecer el orden en el movimiento revolucionario. Trataron de evitar los errores del pasado. Los españoles habían impuesto en Cuba la Constitución del 76. Por tanto, en la Isla rigen en ese momento dos constituciones paralelas: una española para territorio español y una cubana para territorio mambí»
Agregue usted que en Jimaguayú, por primera vez, el país fue llamado “La República de Cuba”. Y muy duro se esforzaron veinte delegados a la Asamblea Constituyente para dejar en una sola Carta Magna el sentir de todos los territorios en lucha y dar continuidad más clara y organizada la guerra por la independencia nacional.
La Constitución de Jimaguayú en su artículo 24 dejó en claro que en dos años, si la guerra seguía, había que convocar a otra constituyente. Y a partir de la experiencia desafortunada en el Zanjón en 1878, el artículo once consigna que un tratado de paz con España debía “tener precisamente por base la Independencia absoluta” y requeriría la ratificación del “Consejo de Gobierno y la Asamblea de Representantes convocada expresamente para ese fin”.
Lógico, no todo fue tan dulce y perfecto en los debates, ante la necesidad de una Constitución que “quiso cerrar las contradicciones entre civiles y militares”, hasta que, por fin, la votación quedó en este punto: 15 votos a favor de la separación de poderes y 5 en contra, y aunque no fue una Carta Magna “acabada”, al menos, para su tiempo y contexto se llevó titular noticioso y así se ratificó Jimaguayú como escenario de grandes hechos en la historia cubana.
Vean cómo quedó definido el poder nacional de la República de Cuba en Armas:
Presidente Salvador Cisneros Betancourt
Vicepresidente Bartolomé Masó
General en Jefe Máximo Gómez Báez
Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales
La Ley fundamental de la República de Cuba en Armas aprobada el 16 de septiembre de 1895 nombró como Presidente a Salvador Cisneros Betancourt, Marques de Santa Lucía quien tuvo la firme decisión de no permitir que los españoles concentraran todo el poderío contra los patriotas orientales, fue quien determinó el alzamiento de los camagüeyanos el 4 de noviembre en Las Clavellinas y heredó de su padre el título nobiliario de II Marqués de Santa Lucía en 1846.
Como Vicepresidente, Bartolomé Masó Márquez (Yara, 21 de diciembre de 1830 – Manzanillo, 14 de junio de 1907) Su padre era catalán (de Sitges) y su madre, bayamesa. Fue un militar y político cubano. Mayor general del Ejército Libertador, durante la última guerra de independencia de Cuba llegó a ser presidente de la República en Armas.
Máximo Gómez Báez como General en Jefe (Baní, República Dominicana, 18 de noviembre de 1836 – La Habana, Cuba, 17 de junio de 1905) fue general en la Guerra de los Diez Años y el General en Jefe de las tropas revolucionarias cubanas en la Guerra del 95. (La fecha de nacimiento es estimada y se basa en las celebraciones por su cumpleaños). “humilde seré feliz”,dijo. Ejemplo de internacionalista y genio militar. “defender la independencia de Cuba hasta vencer o morir”.
El santiaguero, ahora Lugarteniente General, José Antonio de la Caridad Maceo y Grajales. Mayor General del Ejército Libertador. Considerado todo un maestro en el empleo de la táctica militar, combatiente por excelencia y jefe de elevado prestigio. Como guerrero incansable, se calcula que intervino en más de seiscientas acciones combativas, entre las que se cuentan alrededor de doscientos combates muy importantes. Su cuerpo estaba marcado por veintiseis cicatrices de guerra, de las cuales recibió 21 en la contienda del 68.
Jimaguayú hoy
El municipio cubano de Jimaguayú surge a partir de octubre de 1976, como resultado de la división político administrativa, que se constituye el nuevo territorio. Es uno de los municipios más pequeños de la provincia Camagüey, con una extensión de 793,24 km2, y su población asciende a 21 mil 572 habitantes distribuidos en seis consejos populares que abarcan zonas urbanas y rurales.
La densidad de población del municipio de Jimaguayú es de 27,2 habitantes por km2. Se encuentra al centro de la Provincia Camagüey. Limita al norte con el municipio cabecera, al sur Najasa, al oeste Vertientes y por el este Sibanicú.
Constitución cubana de hoy
La última versión de la Carta Magna de la República de Cuba fue oficializada el 10 de abril de 2019, resultado de una consulta nacional y popular; no en vano, comienza así hoy nuestra Carta Magna:
“Nosotros, el pueblo de Cuba, inspirados en el heroísmo y patriotismo de los que lucharon por una Patria libre, independiente, soberana, democrática, de justicia social y solidaridad humana, forjada en el sacrificio de nuestros antecesores; por los aborígenes que se resistieron a la sumisión; por los esclavos que se rebelaron contra sus amos; por los que despertaron la conciencia nacional y el ansia cubana de patria y libertad; por los patriotas que a partir de 1868 iniciaron y participaron en nuestras luchas independentistas contra el colonialismo español, y a los que en el último impulso de 1895 les fuera frustrada la victoria al producirse la intervención y ocupación militar del imperialismo yanqui en 1898…”