Muchos confunden la sordoceguera con la suma de dos discapacidades, pero no es más que una incapacidad única con características, identidad y cultura propias que implican muchas más dificultades para esa comunidad.
Es por ello que cada 27 de junio el mundo se une para celebrar el Día Internacional de las Personas Sordosciegas; una fecha que destaca la importancia de la inclusión y la igualdad de oportunidades para esta comunidad.
La jornada busca, además, visibilizar a las personas que padecen esta discapacidad física y hacer un llamado a la sociedad para que brinde su apoyo con el fin de mejorar su calidad de vida y permitirles alcanzar su máximo potencial.
Esta es una gran oportunidad para tomar conciencia sobre la diversidad humana y la necesidad de crear un mundo más justo y equitativo para todos, independientemente de sus capacidades.
En nuestro país existen varias organizaciones y programas que brindan apoyo y promueven la inclusión de las personas sordociegas, ofreciendo servicios de orientación y movilidad, capacitación laboral y educativa, servicios de preparación en lengua de señas, así como actividades culturales y deportivas; siendo la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales, junto a la Asociación Nacional de Sordos de Cuba, las entidades líderes en esta causa.
La sordoceguera es una condición que afecta a las personas que la padecen, pero no debe ser vista como una definición de su identidad o personalidad. Cada ser humano tiene sus propias habilidades, logros y rasgos que lo hacen único, y son estas personas la viva representación de la determinación y coraje para enfrentar las adversidades.
Porque la sordera no es silencio, es un ruido constante, y la ceguera no es oscuridad, es color rojo, negro, amarillo.