El 30 d e Julio d e 1957 entro a la historia d e Cuba para siempre, ese día hace 64 años, Santiago de Cuba perdía a uno de sus más valioso hijos, el combatiente de la Sierra y el llano Frank País García.
Desde muy joven Frank demostró su valor en las calles, organizando la lucha contra la tiranía, pronunciándose contra la injusticia. Su vida estuvo matizada por la responsabilidad familiar que debió asumir al morir su padre,por los valores que cultivo y por aquella mezcla de Amor y Fuego que caracterizaron su inigualable existencia, practicaba la religión cristiana, tocaba el piano en la iglesia donde asistía y con esas mismas manos empuñaba un arma, fue jefe de acción nacional del movimiento 26 de julio, el levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en la ciudad de Santiago de Cuba para apoyar el desembarco del yate Granma demostró la capacidad d e organización que poseía Frank y su condición de líder.
Fue muy querido por sus allegados y amistades, por sus compañeros d e lucha por su exquisita forma de conducirse ante la vida, por su trato respetuoso y camaradería, estudioso de José Martí y cultivador de la poesía, le inspiraba la Patria y también el Amor.
Pero la dictadura reinante en una Cuba sometida solo sabia de Odio contra aquellos que como él se oponían a sus atrocidades por ello los perseguían hasta matarlos muchas veces y el querido hijo de Santiago no fue la excepción, victima de una delación es ultimado a balazos en plena calle, sin embargo su obra no había concluido con su desaparición física aquel fatídico 30 de Julio, iniciaba la resurrección del combatiente abriendo las páginas de las victorias que vendrían.
Su sepelio fue una impresionante manifestación de duelo popular, cuentan que la ciudad se paralizo por varios días y el hecho tuvo marcada repercusión en otras ciudades del país en lo que se destaco como huelga política contra el gobierno.
El general de ejército Raúl castro resumía la vida d e Frank País García luego del triunfo revolucionario en una síntesis exacta del querido hijo ilustre de Santiago: “Con poco más de 20 años Frank tenía la talla de un auténtico político, la madurez de un luchador avezado, el fogueo combativo de un veterano, la tenacidad de un hombre convencido y la valentía personal de un combatiente de la primera línea. Recto en los principios, organizado y exigente, de una modestia proverbial, valiente hasta la temeridad y de una intuición poco común, era el tipo de hombres que penetran hondo y definitivamente en el corazón del pueblo”.
