Mella, Santiago de Cuba, 1 feb.— Cifras que rodean los mil casos positivos en el país, más el dolor de la pérdida de valerosas vidas de educadores que cumplían honrosamente con su labor de enseñar, marcaron la realidad nacional este fin de semana.
Pareciera que las malas noticias no se van a acabar nunca.
Hoy valorar la vida es el primer paso para el establecimiento del equilibrio, ello requiero cuidarnos de todo aquello que pueda dañarnos y es un imperativo seguir cumpliendo disposiciones sanitarias precisas para frenar el rebrote de la Covid-19 en Cuba que ha roto límites y que gana terreno en cada nasobuco mal puesto, en cada aglomeración, en cada cola sin la distancia necesaria, en cada indisciplina.
¿Será que vale tan poco la vida?, ¿debemos dejar todo al destino?
Muchas familias lloran a las víctimas letales de la pandemia en Cuba, lloran a esos que fueron arrancados de golpe cumpliendo su deber y que no volverán a las aulas.
El 2020 fue un año que muchos aseguramos malo, terrible, desalmado, el 2021 con apenas un mes y un día ya nos ha sacado lágrimas y más angustias y desvelos.
De cada experiencia amarga se impone una enseñanza, cuidar la vida hoy es tu decisión y en ello va tu existencia misma, lo que hagas ahora para frenar la Covid-19 es el paso seguro para mantenerte junto a los tuyos, seguir respirando por esos que no pudieron, apoyar a cada joven, alumno, pionero que perdió a su entrañable maestro por cosas del destino.
No nos podemos detener en medio de tantas noticias tristes, hay que seguir, así aseguramos los cubanos, pero ello significa cuidarnos, protegernos y hacerlo con nuestra familia.
La confianza excesiva, la irresponsabilidad deben ir fuera, lejos de cada persona que hoy apuesta por la vida. (Lisandra Rodríguez Peña)
