La Habana, 29 jul.— Con grandes retos ante sí como la tarea de la unificación monetaria y cambiaria y contribuir a dinamizar la economía mediante créditos, la banca cubana es de los sectores presentes en muchas de las medidas contempladas en la Estrategia Económica y Social del país, se constató hoy en la mesa redonda informativa.
Marta Sabina Wilson González, ministra-presidenta del Banco Central de Cuba (BCC), explicó las principales acciones, a corto, mediano y largo plazos, que desarrollará el mencionado sistema, con impacto en todos los actores económicos, desde las empresas hasta las cooperativas y trabajadores por cuenta propia, y la propia población, de ahí la necesidad de mejorar los servicios.
Recordó que antes de la llegada de la pandemia se venía trabajando en un grupo de medidas relacionadas con las políticas monetaria, cambiaria y crediticia, en el impulso de la bancarización, y del comercio electrónico, las cuales en la etapa de recuperación post COVID-19 se retoman con mayor fuerza, con el concurso de los organismos.
De acuerdo con el objetivo específico de cada una de ellas, vale señalar entre sus propósitos lograr la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, avanzar en la convertibilidad de la moneda nacional en correspondencia con la divisa, y estimular el papel del crédito en la economía, para lo cual se aspira a llegar todos los actores del desarrollo del país, dijo Wilson González.
También mencionó como otra tarea prioritaria la unificación monetaria y bancaria, lograr su materialización como recientemente anunciara el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel.
Contamos con un grupo de especialistas y funcionarios con mucha experiencia en el sistema financiero y comprometidos con el desarrollo y la innovación, manifestó la titular del BCC.
Por eso una de las medidas del sistema bancario es perfeccionar la programación monetaria y las herramientas que utiliza en su relación con los organismos de la administración central del Estado, que permiten definir la liquidez que se maneja en la economía y tienen que ver con el necesario equilibro monetario.
Señaló además, continuar desarrollando y perfeccionando el mercado inter bancario o de deuda pública, y crear un fondo de reservas internacionales para respaldar el sistema cambiario que se establezca.
Aunque hace unos días ya comenzó a implementarse, la eliminación del 10% del gravamen al dólar estadounidense ha tenido una favorable aceptación, evidenciado en que del 20 al 27 de julio se incrementaron –respecto a la semana anterior- en un 200% el canje de la divisa y también crecieron en un 195% los depósitos en MLC, además del impacto de las ventas en divisas en la red minorista. La ministra-presidenta del BCC insistió en la importancia de incentivar y diversificar el otorgamiento de créditos y productos crediticios a los diferentes actores de la economía cubana, como una vía de potenciar la adquisición de bienes y servicios nacionales, y con ello sustituir las importaciones.
Por eso destacó como prioridad el financiamiento a la actividad agrícola, llegar con esta ayuda al mayor número de campesinos y demás productores, y por otro lado, solucionar los créditos de mala calidad registrados en los bancos, es decir, renegociar las deudas, y fortalecer el sistema de garantía de los bancos cuando otorgan un financiamiento.
Otras acciones previstas son implementar un programa para la capitalización de esas entidades, avanzar en la implementación de la política de los sistemas de pagos, lo cual incluye crear un mecanismo de educación financiera para las empresas y la población, así como desarrollar el comercio electrónico y -en tal sentido- continuar acompañando a la industria nacional en el mejoramiento de los servicios de los cajeros automáticos.
Crear una plataforma tecnológica del sistema financiero con el concurso de varios organismos, entidades y universidades, figura también en el programa del sistema bancario, máxime cuando se ha experimentado un crecimiento de las operaciones por vía electrónica.
Wilson González señaló que todas estas medidas van acompañadas del necesario control y percepción de riesgos, de la prevención y enfrentamiento al delito y la corrupción, a todo intento de lavado de dinero, y de un proceso de capacitación. (Fidel Rendón Matienzo)
