Buenos Aires, 8 jun.— Apenas tres meses después de asumir la presidencia y con una deuda externa heredada del anterior gobierno, Alberto Fernández tuvo una verdadera prueba de fuego para cualquier mandatario: enfrentar una pandemia con Argentina ya en crisis.
A quien fuera el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner no le tembló el pulso para poner todos los recursos necesarios al servicio de la gente, priorizando ante todo la salud de los argentinos y de aquellos millones que quedaron desprotegidos y arrastraban una difícil situación por el efecto de la recesión.
En ese estilo que muchos destacan del mandatario, su temple, ecuanimidad y con arte para dialogar y buscar consensos, se le ve trabajar día a día al lado de su gabinete y de manera mancomunada con todos los gobernadores, tanto del oficialismo como de la oposición, con el foco en preservar la vida de los 44 millones de ciudadanos.
Pese a las presiones de ciertos sectores para que reabra la economía, de aquellos que ‘cacerolean’ y ‘bombardean’ con mensajes en redes sociales para levantar la cuarentena, el mandatario ha sido enfático al señalar: ‘una fábrica que se cae se levanta, pero una vida que se pierde no se recupera más’.
Desde el 20 de marzo Argentina decretó el aislamiento, conociendo todo lo que significaría para un país que cargaba una profunda crisis y una deuda externa aún en negociaciones para reestructurarla. Pese a ello, el Gobierno dispuso varios decretos de necesidad y urgencia y dictó una serie de medidas para proteger al eslabón más débil.
En conferencias de prensa, en cartas incluso dirigidas a la ciudadanía, en diversas entrevistas -de varias que ha brindado-, Fernández resalta la ejemplaridad de la gran mayoría de los argentinos en estos tiempos tan duros, en los que, por primera vez, dijo, ‘hemos entendido la necesidad de trabajar unidos’. ‘Habla el profesor Alberto’, escriben argentinos en las redes sociales cuando en cada alocución, con precisiones y apoyado de estadísticas, explica la situación en el país.
Para quienes lo fustigan al decir que en el gobierno ‘nos enamoramos de la cuarentena’, responde sin cortapisas que seguirán haciéndolo porque la prioridad es salvar vidas.
El mandatario invita entre todos a lograr ese contrato social por el cual abogó su vicepresidenta, la exmandataria Cristina Fernández, durante la campaña electoral del pasado año, señala que sabe lo que deben y quieren hacer, y propone que en ese contrato la igualdad y la solidaridad tienen que ser la regla.
Tras llamar a no bajar los brazos ni rendirse, Fernández insiste en atender a esos millones de ciudadanos que sufren porque, dijo, ‘no nos podemos hacer los desentendidos. Ha llegado la hora de ocuparnos de esa gente, nuestros compatriotas, argentinos que todos los días luchan en condiciones adversas’.
Para el mandatario, los efectos de la pandemia impactaron en la economía a nivel mundial pero hoy generan ‘una oportunidad de diseñar un sistema más justo’, por eso insiste que la hora del ‘sálvese quien pueda’ y la meritocracia terminó. (Maylín Vidal)