Brasilia, 18 nov.— El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy en Recife, capital del estado de Pernambuco (nordeste), que la lucha en Brasil no acabó con su libertad tras 580 días de prisión política.
La lucha será para liberar a la nación de esta banda de milicianos que se han apoderado del país, expresó el exdirigente obrero en el festival Lula libre, en clara alusión al Gobierno de Jair Bolsonaro que establece políticas de ataques a los derechos sociales de la población y de aislamiento de los estados del nordeste.
En un discurso lleno de gratitud a las personas que lo apoyaron en la Vigilia Lula Libre y a través de los comités repartidos por todo el país, el exdirigente obrero ponderó al pueblo del nordeste en el espectáculo para homenajearlo y pedir justicia.
‘El nordeste es un exportador de dignidad’, señaló el exsindicalista, quien recordó que antes de sus ocho años de Gobierno, los pueblos de la zona no se beneficiaban de políticas de inclusión en el mercado laboral, educación y salud, entre otros.
‘Queremos ser tratados en igualdad de condiciones. No somos parias de la sociedad’, refirió el fundador del Partido de los Trabajadores, quien también manifestó estar ‘muy orgulloso de haber creado la Universidad Federal de ABC (Ufabc)’, donde la primera inscripción fue hecha por una mujer del nordeste en un curso de ingeniería.
En otra parte de su intervención, Lula criticó una vez más al exjuez y ministro de Justicia, Sérgio Moro, al fiscal de la operación Lava Jato Deltan Dallagnol, a Bolsonaro y a TV Globo, que trabajan ‘para destruir la esperanza en el país alimentando el odio y las milicias’.
Según los organizadores, este primer festival Lula Libre, después que el expresidente salió de la cárcel el 8 de noviembre, reunió a más de 200 mil personas.
El evento, en el cual actuaron decenas de cantantes y grupos de música popular y folclórica, se convirtió en un sello de la lucha por la justicia para Lula, conocido en todo el país.
Como en la dictadura, todas las ediciones del festival trajeron la música como forma de resistencia y politización en el combate por la libertad del expresidente, quien estuvo encarcelado en la Superintendencia de la Policía Federal de la sureña ciudad de Curitiba desde el 7 de abril de 2018.
