Santiago de Cuba, 30 ene.— En imágenes pude verlo, clínicamente también, me refiero en estas lineas a lo que se conoce como el saco saco gestacional en una madre que espera un bebé, al que más que su término biológico es para esta reportera la manta que abriga una nueva vida.
Desde el vientre de mamá los pequeños se visualizan unos con mejor desarrollo que otros, con pesos de más y menos de mil gramos, para estos últimos hoy comprobé las mayores atenciones del Programa Materno Infantil en la provincia de Santiago de Cuba.
En una sala de estancia para madres con sus bebés en el hospital Materno Norte Tamara Bunque, me llevé sorpresas al presenciar el contacto precoz piel con piel entre la madre y su recién nacido, la práctica que los mantiene a temperatura corporal adecuada y sobre todo por el beneficio inmediato en el desarrollo psicomotor del niño o niña, igual lo relacionado a la mayor duración de la lactancia.
Con las madres compartí anécdotas, de cómo aprendieron a ponerse el canguro, dígase el paño preciso con sus características de amarre para sostener al bebé, escuché decirles frases como que “…ya no recuerdo mi hogar porque el tiempo de permanencia en la maternidad ha sido prolongado,” otras, “tengo que esperar el peso de mi bebé”…”aquí estaré hasta que mi niño o niña esté bien, lo cierto es que de allí me retiré con la realidad de que este programa incrementa los comportamientos de afecto y apego de la madre.
No faltaron las presencias de médicos, enfermeras, técnicos, todos capacitados para conquistar indicadores de calidad y satisfacción en los pacientes y sobre todo de ver crecer a estos pequeñines, frutos de esfuerzos colectivos y desvelos de todo un equipo de salud en cada hospital materno.
En las maternidades de Santiago de Cuba se sostiene este servicio del programa piel a piel, sin dudas es garantía de rápido crecimiento en bebé con bajo peso al nacer y de supervivencia materna.
