Santiago de Cuba, 16 ene.ā Cada martes y jueves se vuelve singular la cotidianidad en un Ć”rea aledaƱa a la cafeterĆa Las terraza de Calle Diez en el consejo popular de Santa BĆ”rbara en Santiago de Cuba. Una mĆŗsica agradable invade los oĆdos y hasta allĆ vestidas con ropas deportivas acuden fundamentalmente mujeres, de diferentes edades que se van colocando en los espacios que segĆŗn conocĆ, corresponden a cada una.
Casi siempre presurosa llega saluda y se pone frente al grupo una joven morena que explica los ejercicios del dĆa y el interĆ©s de que el objetivo de emplear una hora de la maƱana para el Tai Chi le sea provechoso y asĆ comienza sus clases cada semana invariablemente la profesora de Tai chi DaƱolis Ruiz Casero, graduada de cultura fĆsica y quien desde la carrera optativamente se ha ido especializando en una de las ramas de las artes marciales.
Su interĆ©s y el que muestran las discĆpulas que poco a poco no dejan espacios en el Ć”rea de los ejercicios motivan mi curiosidad por ello al final de la clase que observo con atención le pido unos minutos para compartir con los lectores de este sitio tan grata experiencia.ĀæCuĆ”l es el origen de esta prĆ”ctica profe y que garantĆas tiene para la salud?
Surgió gracias a un monje chino llamado Bodhidharma, el cual viajó a la India en busca de las escrituras sagradas de Buda en donde aprendió varias técnicas para fortalecer el cuerpo y también la mente y estÔ dirigida al ejercicio y la meditación.
En los últimos tiempos es frecuente en muchos lugares ver a las personas practicando el Tai Chi ¿a qué cree Dañolis que se deba esto?
El Tai Chi forma parte de un estilo de vida saludable; de hecho, la medicina tradicional china recomienda la prĆ”ctica de esta disciplina para el mantenimiento y equilibrio de la salud, fĆsica, mental y espiritual, los tiempos que corren tan agitados en todos los sentidos hacen que las personas busquen vĆas para descargar el estrĆ©s, nutrirse de buenas energĆas y ayuda mucho, el personal de salud lo recomienda en diferentes patologĆas e incluso nos visitan y asesoran.
Pudieras contarnos algunas de sus experiencias con sus alumnas…
Claro que si dice la profe, tengo dos grupos de diversas edades que oscilan entre 20, 60 y mĆ”s edad porque en el Tai Chi los movimientos son suaves, de forma natural, relajada, fluida y, a la vez, lenta; no se aplica la fuerza ni la rapidez, por lo tanto estĆ”n al alcance de todo el que estĆ© dispuesto, ayuda no solo con el estrĆ©s y la depresión sino con otras patologĆas como los problemas de la cervical, el insomnio, la hipertensión, los nervios, las cardiopatĆas, la circulación, el asma.
Yo tuve una alumna con grandes trastornos nerviosos que cuando llego pensĆ© que me iba a causar un problema por su estado, pero con la ayuda de la piscologĆa, le di tarea, la empecĆ© a tratar y con los ejercicios mejoró su estado de Ć”nimo, la capacidad de concentración y aseguraba que el Tai Chi la habĆa revivido, fĆjese si es bueno, ella nunca falta y cada vez la veo mejor y asĆ pudiera ponerle otros ejemplos.
Gracias profesora el entusiasmo con que llegan y terminan sus alumnas, la presencia cada semana de este lugar lleno evidencia dice que el impacto es favorable y que su dedicación tambiĆ©n hace muy buen efecto. Muchas Gracias DaƱolis,le digo y parto rumbo a mi trabajo pensando en que quizĆ”s yo tambiĆ©n uno de estos dĆas pudiera sumarme al grupo.