Managua, 12 dic.— El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, invitó al pueblo de su país a valorar el significado de la paz, al intervenir hoy en el acto de graduación de cadetes egresados del Centro Superior de Estudios Militares.
Luego de mencionar catástrofes humanas causadas por los conflictos bélicos, como las dos Guerras Mundiales y las bombas atómicas estadounidenses que arrasaron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el mandatario recalcó que ‘por eso es tan importante, vital, fundamental, defender la paz’
Estamos más convencidos que nunca de la importancia de la paz, además de la estabilidad y la seguridad, para poder retomar el camino que traía Nicaragua, de crecimiento económico, de bienestar social, dijo en referencia a la crisis política que intentó derrocar al gobierno sandinista desde mediados de abril último.
Evocó la importancia que tuvo para este país el periodo comprendido entre 1990 y 2018, un tiempo de paz, en el cual durante el lapso 2007 -2018 (el del segundo gobierno sandinista) Nicaragua logró avanzar con mayor velocidad y con un mayor impacto en favor de los sectores populares, los principales beneficiados por las políticas económico-sociales del Ejecutivo.
Y en ese contexto mencionó la próxima inauguración de la carretera que por primera vez unirá la zona del Caribe Sur con el Pacifico, algo que (en otros tiempos) podría considerarse un milagro.
Al referirse a los 56 cadetes graduados por la vigesimotercera promoción del Centro Superior de Estudios Militares General José Dolores Estrada, los calificó de ‘soldados de la paz, de un Ejército de Nicaragua que es un ejército de la paz, pero con la firmeza y la fortaleza necesarias para garantizarla.
En el acto, que contó con la presencia de la vicepresidenta, Rosario Murillo, la cúpula militar, y agregados de defensa, militares navales y aéreos adjuntos a las misiones diplomáticas acreditadas aquí, también recibió su diploma de titulado un cadete de Guatemala, que formó parte de un intercambio educativo.
Durante su discurso, Ortega recordó que este martes se están cumpliendo 40 años de la caída del sacerdote español Gaspar García Laviena, quien luego de cumplir una destacada misión pastoral entre comunidades campesinas del sur de Nicaragua combatió en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en las cuales alcanzó el grado de comandante.
En aquellos combates (finales de los años 70) se estaba forjando el Ejército de Nicaragua, que enfrentó a un ejército impuesto por la intervención yanqui, organizado por los propios interventores, quienes coparan los mandos superiores de la fuerza armada impuesta al régimen de los Somoza, explicó el jefe de Estado.
La mejor batalla que se puede ganar es aquella donde no se dispara ni un tiro, eso dicen los grandes maestros en el Libro de la Guerra, argumentó el presidente de Nicaragua al insistir en el tema de la importancia de preservar la paz.
