Ciego de Avila, Cuba, 16 sep.— La siembra de mangle en las zonas costeras está entre las acciones que se acometen en esta central provincia cubana como parte del programa estatal Tarea Viva, dirigido a contrarrestar el cambio climático.
Los manglares son los encargados de proteger los litorales de la erosión marina, mareas altas, inundaciones y huracanes; además, favorecen la vida de numerosas especies de animales acuáticos.
Por tal razón, especialistas medioambientales de Ciego de Avila trabajan en la reposición de esos ecosistemas de vegetación costera, ante las afectaciones ocasionadas por los últimos fenómenos meteorológicos, como lo fue el huracán Irma en septiembre del 2017.
Una de las acciones está encaminada a beneficiar mediante la generación natural la población de mangle en el sitio Ramsar Gran Humedal Norte de Ciego de Avila, principalmente en el entorno de la Laguna de la Leche, la mayor albufera natural de Cuba.
Mientras que en la parte sur avileña se reforesta la primera línea de costa con mangle rojo, en aras de contrarrestar el desgaste de los litorales contra los vientos huracanados, por ser un área muy frágil a los eventos climáticos.
En la región se trabaja con rigor en el cuidado de los manglares en el parque Nacional Jardines de la Reina, sitio donde habitan grandes cantidades de peces, moluscos y crustáceos en estadíos juveniles.
Allí especialistas cubanos desarrollan diversos programas apadrinados por organizaciones internacionales que velan por el cuidado del medio ambiente, pues Jardines de la Reina está considerado uno de los archipiélagos más vírgenes de Cuba.
Otras actividades están orientadas a elevar las campañas educativas en las comunidades más cercanas a las costas para evitar la tala de mangles, cuya madera en ocasiones la emplean los nativos como combustibles y en la confección de muebles.
Las propiedades protectoras de los manglares ayudan a atenuar el retroceso de la línea de costa y las inundaciones por tormentas en zona vulnerable al cambio climático.