Que la ciencia y la metodología sirvan para proveer de acciones estratégicas a las personas e instituciones, vinculadas a las infancias, las adolescencias y las juventudes
Que la ciencia y la metodología sirvan para proveer de acciones estratégicas a las personas e instituciones, vinculadas a las infancias, las adolescencias y las juventudes, no solo en la sociedad cubana, ha sido el propósito esencial de este IV Congreso Internacional de Investigadores sobre estos segmentos poblacionales, que concluyó este jueves, en el Palacio de Convenciones de La Habana.
En la clausura del evento, Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, y jefe de su Departamento de Atención al Sector Social, consideró alentadores la calidad y el rigor de las propuestas desde las Ciencias Sociales, por lo que repasó algunos asuntos abordados en el congreso, coherentes con la agenda más apremiante que ocupa al Estado y al Gobierno cubanos.
Significó que se trabaja aceleradamente en el diseño de la política integral de las juventudes, y los resultados expuestos durante el certamen contribuyen en gran medida a su conceptualización.
No obstante, reconoció varias cuestiones que afectan la integralidad de las acciones y conquistas en materia de educación, atención social y otros aspectos, de lo que sobresale la necesidad de abarcar más las particularidades de grupos en situación de vulnerabilidad, y no dar por sentado que las políticas por sí solas los cubren.
Es fundamental concebir mecanismos de evaluación y monitoreo, expresó, y al mismo tiempo se refirió al debate relacionado con el Código de las Familias, y sobre las brechas de desigualdades, la lucha abierta contra cualquier manifestación de racismo o inequidades por el color de la piel, u otra condición.
Con la presencia también de Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, los panelistas reflexionaron sobre los retos de la juventud en la Revolución Cubana, y en la necesidad de fortalecer el legado que nos dejó el Che, que es la formación del hombre nuevo.
No faltó el llamado al pensamiento crítico, a sumar e incentivar a los jóvenes a que se sientan parte y capaces de transformar la realidad cubana en todos sus procesos, también a enfrentar el fenómeno de la emigración, que no es solo física, pues la desconexión con nuestro proyecto social es también una forma de emigrar. (Gladys Leidys Ramos López)