Esta política de Washington contraviene los principios elementales del derecho internacional público, advirtió en entrevista concedida a Prensa Latina el también profesor universitario, quien consideró el cerco impuesto por más de seis décadas el principal obstáculo al desarrollo económico de la isla.
De acuerdo con Lamrani, la postura de Estados Unidos carece de legitimidad incluso en tiempos de guerra, porque si bien impacta todos los sectores de la sociedad cubana, lo hace de manera particular en áreas como la salud y la alimentación, dañando en primer lugar a la población vulnerable, es decir, a los ancianos, los niños y los enfermos.
Tampoco es aceptable la legislación extraterritorial o retroactiva, como las leyes Torricelli y Helms-Burton, parte de un conjunto de sanciones contra el país caribeño que buscan cambiar su sistema político y socioeconómico, lo cual constituye un ataque a su soberanía y autodeterminación, insistió.
A propósito del recrudecimiento del bloqueo con más de 240 medidas por la administración de Donald Trump, lamentó que su sucesor en la Casa Blanca, Joe Biden, las mantenga hasta ahora.
La única acción del gobierno actual ha sido colocar a Cuba en la lista de los países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo, lo que es un escándalo cuando se toma en cuenta el hecho de que Cuba desde 1959 ha representado el principal blanco del terrorismo en América Latina, procedente principalmente de Estados Unidos, subrayó Lamrani.
El intelectual francés instó al presidente Biden a respetar el derecho internacional, el derecho soberano del pueblo cubano a elegir su propio destino y la voluntad mayoritaria de la comunidad internacional y de los propios ciudadanos estadounidenses favorables a un levantamiento de las sanciones.
Lamrani manifestó en su diálogo con Prensa Latina que en el centro del diferendo está el hecho de que Estados Unidos se niega a aceptar la realidad de una Cuba soberana e independiente después de más de seis décadas de Revolución.
‘Es una patología de la cual la Casa Blanca no logra curarse. Todos los elementos retóricos esgrimidos por Washington para justificar su hostilidad no resisten al análisis. La realidad es que Estados Unidos todavía no digiere el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 y espera poder volver recuperar la isla y colocarla otra vez en su zona de influencia’, estimó.
Para el estudioso de las relaciones cubano-americanas, la primera potencia del planeta quiere dejar claro que reivindicar el derecho a la independencia plena tiene un precio.
‘Ya José Martí lo advirtió en su tiempo al señalar que la libertad cuesta muy cara y es necesario resignarse a vivir sin ella o decidirse a comprarla por su precio’, agregó. (Por Waldo Mendiluza)
