Santiago de Cuba, 27 ene.— Fue en la noche del 27 de enero de 1953 cuando la juventud cubana tributó un respetuoso homenaje de desagravio a la memoria de José Martí cuyo legado pisoteaba la tiranía batistiana.
Portando antorchas encendidas, miles de manifestantes partieron desde la escalinata de la Universidad de La Habana hacia la Fragua Martiana para allí esperar el advenimiento del Centenario del natalicio del Apóstol de la independencia.
Entre los participantes en aquella marcha de las antorchas se encontraban los jóvenes que integraban la vanguardia combativa de la Generación del Centenario que, seis meses después, el 26 de Julio de 1953 asaltarían los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Céspedes, de Bayamo.
Aquellos eran jóvenes que no podían permitir que el Apóstol muriera en el año de su centenario, en una patria a la cual él había educado en el amor a la libertad y a la justicia y en una patria a la cual entregó sin vacilación lo más preciado que tiene el ser humano que es la vida.
Poco antes de partir hacia el asalto, el 26 de julio, en la Granjita Siboney, Fidel dio lectura al Manifiesto del Moncada, redactado por Raúl Gómez García y donde se señalaba: «En 1853 con el nacimiento de un hombre luz, comenzó la Revolución Cubana»
Y eso fue lo que inspiró a la joven Generación del Centenario a venir ante la tumba del Apóstol, en Santiago de Cuba, para que no se detuviera esa Revolución que había comenzado con la propia existencia de José Martí, el 28 de enero de 1853.
Después del asalto y al momento de ser detenido, el joven abogado Fidel Castro señaló: «Qué nadie debía preocuparse porque lo acusaran de aquel hecho, porque el autor intelectual del mismo había sido José Martí»
Y para reafirmar aquello, en su alegato del 16 de octubre de 1953, conocido como La Historia Me Absolverá, Fidel hizo referencia o citó en esa oportunidad al Apóstol cubano, máximo inspirador de una revolución que sería ya indetenible hasta la victoria final.
A 166 años después de su natalicio, José Martí sigue presente en el quehacer cotidiano de su pueblo que se inspira en su ejemplo para llevar adelante su Revolución que ha cumplido todas las aspiraciones del maestro y todos los sueños de justicia para su pueblo, que hoy le dice: Gracias José Martí.
