Por Yuris Nórido
Acosta Danza concluyó este domingo en el Teatro Nacional de Cuba su temporada Diez años en movimiento, que marcó el comienzo de las celebraciones por el décimo aniversario de la compañía y abre el camino hacia una nueva gira internacional. Del 23 al 27 de septiembre, la agrupación dirigida por el primer bailarín Carlos Acosta se presentará en el prestigioso Sadler’s Wells de Londres, llevando al público británico una muestra representativa de su diverso y consolidado repertorio.
El programa que se presentará en el Reino Unido, incluye estrenos de gran relevancia y reposiciones que han definido la identidad artística de Acosta Danza. Destaca 98 días, creación del coreógrafo hispano-venezolano Javier de Frutos inspirada en la estancia de Federico García Lorca en la Isla. También se incorpora al repertorio La ecuación, una de las piezas más celebradas del coreógrafo cubano Georges Céspedes, junto a las reposiciones de Llamada, de Goyo Montero, y De punta a cabo, de Yaday Ponce a partir de la obra original de Alexis Fernández, nominada en 2022 al Premio Laurence Olivier a lo mejor de la danza en Gran Bretaña.
Un elemento distintivo de esta temporada fue la renovación del elenco, que ahora integra a jóvenes graduados de la academia de Acosta Danza, reafirmando el compromiso de la compañía con la formación y la proyección de nuevas generaciones de bailarines. Este relevo aporta frescura y nuevas energías a un proyecto que, desde su fundación en 2015, ha apostado por el diálogo entre la tradición y la vanguardia, la experimentación y la apertura a diversos lenguajes coreográficos.
En su primera década de existencia, Acosta Danza se ha consolidado como una de las principales cartas de presentación de la danza cubana contemporánea a nivel internacional. La temporada Diez años en movimiento no solo celebra el camino recorrido, sino que también proyecta el futuro de una agrupación que ha sabido conjugar la excelencia artística con la voluntad de tender puentes entre culturas, llevando a escenarios del mundo la vitalidad y la riqueza de la creación coreográfica cubana.