El duende diabólico omnipresente en el día a día de los cubanos quedará puesto al desnudo ante el tribunal de la vergüenza y la verdad, que asumirá cada circunscripción en las reuniones de rendiciones de cuenta de los delegados a sus electores para reiterar el reclamo mundial: ¡TUMBA AL BLOQUEO!
Las reuniones, señaladas este año del 20 de septiembre al 15 de noviembre, no solo servirán para corregir errores, revisar qué hemos hecho, qué nos falta por hacer y cuánto más tenemos que fortalecer la unidad con soluciones factibles; será un momento de especial encuentro para condenar al genocida bloqueo con la fuerza de la veracidad y libre de las manipulaciones mediáticas.
Nada más elocuente que la dura situación de la población cubana como consecuencia de la nefasta política imperial. En el reciente informe de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba quedó evidenciada la magnitud de los daños a la economía de la nación y, por consiguiente, a la vida de cada persona, solo por no doblegarse a sus designios y querer desarrollarse de forma soberana.
Baste conocer que, según reza el informe de Bruno Rodríguez Parrilla, del primero de marzo del año 2023 al 29 de febrero del presente, los daños ocasionados por el bloqueo ascienden a la descomunal cifra de 5 mil 56 millones de dólares, lo que se traduce en la notoria carencia de medicamentos, alimentos, combustibles y otras necesidades imprescindibles, a la par de los apagones, precios altos y demás insuficiencias materiales.
“Los daños acumulados, rigurosamente calculados, en estas seis décadas, alcanzan la cifra de 1 billón de 499 mil 710 millones de dólares… El producto interno bruto de Cuba, sin el impacto del bloqueo, habría crecido el año pasado en no menos de un 8 por ciento”.
A ese abusivo y criminal proceder contra los cubanos y cubanas le acompaña una guerra mediática para alentar la desconfianza y el descrédito en la dirección del país para crear confusión y responsabilizarla de los graves problemas que ocasiona la maquinaria perversa de la administración estadounidense.
El ámbito interno del país tiene el desafío de corregir errores, no permitir la corrupción, perfeccionar todas las vías, que contribuyan a una distribución, cada vez, más ágil y eficiente, y sobre todo potenciar la unidad en los emprendimientos de crecimiento y ante todos los propósitos con los propios recursos.
El duende diabólico no podrá vencer la dignidad de los cubanos, de sobra probada a lo largo de su gloriosa historia. Así quedará refrendado en cada reunión de rendición de cuentas del delegado a sus electores, donde se ratificará la sentencia de eliminar el bloqueo.
