viernes 01 agosto 2025

Mis oyentes, el premio mayor

Seis y diez de la mañana, en el horario actual, todavía está oscuro, la madrugada es densa monte adentro y en la misma ciudad cabecera Santiago de Cuba, precisamente, a esa hora, sube la atención por parte del colectivo de la revista Con el Sol, de la emisora provincial CMKC, Radio Revolución. Por supuesto, cuando suena el teléfono y respondo, inmediatamente, el operador Carlos Báez me dice que tenemos tan sólo treinta segundos de retraso, suficiente para tres y hasta cinco llamadas de los oyentes para saber qué pasó.

¡Chang, ya va al aire!, responde el operador.

Del otro lado, el locutor Alexei Batista me da los buenos días con la pregunta más terrible del día: “Santiago, Buenos días, ¿cómo amaneció el mundo hoy?

En tan sólo cinco minutos, se disparan las pulsaciones noticiosas sobre las tragedias que trae el cambio climático, la violencia que desmorona al Sueño Americano, la crisis social y política, el apartado sobre la Bolsa de Valores, el tema de la Defensa, el conflicto en Ucrania, el genocidio en Gaza, la multipolaridad que marcan China, Rusia, Irán, Venezuela, Nicaragua, Cuba, los nuevos pactos regionales, y algo impactante antes del cierre, que no lo dice nadie, sino el llamado enfoque de integralidad de la noticia, que depende de la preparación y actualidad personal, una perspectiva del célebre cubano Antonio Benítez y que para muchos, no tiene sentido hoy. ¡Error!.

A veces, existe la suerte del cierre con un buen sabor, el chiste criollo a partir de una reflexión o el llamado “Suelto”, un género periodístico en desuso.

Después de estos cinco minutos, llueven las llamadas telefónicas al móvil o al fijo, ya sea por quienes se quedaron dormidos, perdieron la sintonía por el apagón o sucedió otro tipo de inconveniente particular. Están quienes piden más tiempo para el Rastreo Internacional de la Revista Con el Sol y aquellos que buscan el seguimiento de lo dicho en transmisión en Vivo.

Así la audiencia es mi tema diario, mi dolor de cabeza, mi alegría o tristeza cuando alguien enferma o no pudo escucharme, porque el premio mayor me sorprende –diariamente- en una esquina, en la bodega, en el transporte urbano y hasta en el hogar a donde el vecino se acerca y te da la mano con un saludo especial:” ¡te quedó bien ése comentario final!”

El compromiso se multiplica con cada retroalimentación desde los oyentes, cuando te felicitan o critican, si no te escucharon bien o jamás cubriste el dial, imagine que Premio tan relevante si te dicen que esperan por ti, y luego, partir hacia el trabajo, la escuela o la Universidad, por eso, cada despedida es el inicio de la preparación de la nueva sección mañana cuando en el amanecer saludo al gran público con la frase habitual:

“¡Gracias a ustedes en estos minutos, cuando la audiencia sube y se multiplica. Rastreo Internacional!”

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