Santiago de Cuba, 30 oct.— Hoy se reanudan las acciones de la segunda fase del campeonato cubano de béisbol con choques en tres escenarios y la primera voz de play-ball se escuchará en el diamante del estadio Augusto César Sandino donde medirán fuerzas a partir de las 2 de la tarde los visitantes Cachorros de Holguín y los locales Azucareros de Villa Clara; oportunidad para un desquite de la tropa de Noelvis González, pues en el segmento preliminar los pupilos de Eduardo Paret les propinaron una humillante barrida.
En estos momentos ambos conjuntos están ubicados en posiciones contrastantes ya que los villaclareños son segundos del listado con balance de 11-7 (sumados resultados de ambas fases) a sólo un juego de diferencia de los líderes de Las Tunas, mientras que los holguineros marcha en la cola del sexteto con saldo de 5-13 a siete juegos completos de los Leñadores.
Los otros dos encuentros programados para la fecha iniciarán a las 7.15 p. m.
En el José Ramón Cepero lidiarán los Tigres de Ciego de Ávila y los Gallos de Sancti Spíritus cuyo balance bilateral en el tramo anterior fue favorable a estos últimos 2-1.
Los felinos de Roger Machado y los emplumados de José Raúl Delgado comparten la zona media de la tabla de posiciones con idéntico resultado de 9 victorias y 9 fracasos a tres juegos de diferencia de la formación que comanda Pablo Civil.
Completan la cartelera os Leones de Industriales y los Leñadores de Las Tunas, porfía pactada para el estadio Julio Antonio Mella, sede de los actuales líderes del campeonato.
En la etapa precedente los capitalinos dominaron 2-1 el enfrentamiento bilateral, en tanto en el segmento recién iniciado los tuneros marchan como referentes al acumular satisfactorio balance de 12 éxitos y 6 reveses en tanto los giraldillos exhiben saldo de 8-10 que los remite a la penúltima casilla del ordenamiento.
Después de la arrancada de la nueva fase, matizada por el claro predominio de los bateadores, está por verse si en estos compromisos que hoy darán comienzo la tormenta amaina y los lanzadores logran someter a mayor control a los hombres que enarbolan el madero.
