miércoles 08 octubre 2025

La protección frente a las Enfermedades de Transmisión Sexual, un compromiso de todos

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), también conocidas como infecciones de transmisión sexual (ITS), constituyen un problema de salud pública a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cada día más de un millón de personas contraen alguna de estas infecciones, muchas de ellas prevenibles si se adoptan medidas adecuadas de protección.

Las ITS afectan a personas de todas las edades, géneros y condiciones sociales. Aunque suelen relacionarse con la juventud, la realidad es que ningún grupo poblacional está exento de riesgo. Su transmisión ocurre principalmente a través de relaciones sexuales sin protección, pero también puede darse de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia, e incluso por contacto con sangre contaminada.

Entre las más comunes se encuentran la sífilis, la gonorrea, la clamidia, el virus del papiloma humano (VPH), el herpes genital y el VIH. Cada una representa un desafío diferente, desde infecciones que pueden tratarse con antibióticos hasta virus que acompañan al paciente de por vida.

La principal medida de protección es el uso correcto y sistemático del preservativo, tanto masculino como femenino. Este método no solo previene embarazos no deseados, sino que se considera la barrera más eficaz contra la mayoría de las ETS.

Además del preservativo, los especialistas insisten en la importancia de:

1- La educación sexual integral, que permite a las personas comprender los riesgos y tomar decisiones responsables.

2- La realización periódica de pruebas médicas, sobre todo en quienes tienen múltiples parejas sexuales.

3- La vacunación, especialmente contra el VPH y la hepatitis B, como herramientas de prevención a largo plazo.

4- La comunicación abierta en la pareja, pues hablar con sinceridad sobre el cuidado mutuo es también una forma de protección.

La protección contra las ITS no se limita al ámbito individual, sino que constituye una responsabilidad colectiva. Persisten aún prejuicios, desinformación y tabúes que dificultan la prevención. En muchas comunidades, el hablar de sexualidad sigue siendo un tema silenciado, lo que impide que adolescentes y jóvenes accedan a información confiable.

Campañas públicas, talleres educativos y espacios de diálogo resultan imprescindibles para romper barreras culturales y garantizar que la protección sea asumida como un derecho y una necesidad de todos.

Cuidarse de las ITS no solo implica protegerse a uno mismo, sino también cuidar de los demás. La solidaridad y la empatía con quienes viven con una infección son claves para evitar la discriminación. Reconocer que cualquier persona puede enfrentar esta situación ayuda a fomentar una cultura de respeto e inclusión.

La protección frente a las enfermedades de transmisión sexual es un tema que trasciende el campo de la medicina: involucra la educación, la cultura y la responsabilidad social. El camino hacia una vida sexual saludable pasa por la información, la prevención y la conciencia de que cuidarse es también un acto de amor propio y hacia los demás.

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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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