Por Yadila Mesa Chacón
A pocas semanas de haber iniciado el curso escolar 2025-2026, Contramaestre lleva a cabo, entre varios desafíos, las actividades académicas previstas para este período lectivo. Se trata, sin dudas, de un curso escolar en el que los esfuerzos de docentes y educandos resultan imprescindibles. Pero a estos debemos sumar el importante rol de las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Bien se conoce al hogar como la primera escuela, no solo en aspectos de convivencia y valores, sino también en la búsqueda del conocimiento, el interés por el estudio y la formación integral. Y es precisamente en las primeras edades, donde estas acciones toman mayor peso, pues sirven como antesala para una futura vida como estudiante.
El acercamiento a figuras geométricas, colores y palabras, por ejemplo, figura como un adelanto de lo que deben conocer los infantes una vez vinculados a las aulas. Padres, abuelos, familia en general, pueden contribuir desde casa a su aprendizaje. En etapas posteriores la consolidación de los contenidos recibidos en clase es fundamental; resulta de gran ayuda la supervisión de la familia, contribuyendo a memorizar y comprender correctamente lo estudiado. En cuanto a la formación vocacional, la familia adquiere un papel no determinante, pero sí de orientación y esclarecimiento; este es un proceso de marcada importancia, con repercusión en el futuro del estudiante.
En el actual curso escolar, establecer la escuela como centro de influencias educativas resulta una de las mayores prioridades. No obstante, supone un reto imposible de cumplir cuando el factor familiar no se ajusta a las nuevas exigencias.
El apoyo de las familias en la educación de niños, adolescentes y jóvenes, no se limita únicamente al aspecto económico y la asistencia a las escuelas de padres o reuniones. Se trata de involucrarse por completo a la formación de las nuevas generaciones, con acciones concretas desde el hogar.
El aprendizaje de nuestros niños, de todos los que aún transitan por la etapa escolar, depende, en gran medida, de la capacidad de padres y tutores de aconsejar, instruir y guiar, tanto en el ámbito académico como en el de la vida en sociedad. A pocas semanas de haber iniciado el presente curso escolar, las familias contramaestrenses han de reconocer su influencia en el futuro de los que hoy ocupan nuestras aulas.