En un mundo que demanda líderes con principios sólidos y visión humanista, José Martí se mantiene como una brújula ética. Sus ideas sobre la justicia, la libertad y el respeto por la diversidad cultural continúan siendo relevantes, recordándonos que, como él mismo expresó, «con todos y para el bien de todos» es el único camino hacia un futuro verdaderamente libre e inclusivo.
La vigencia del pensamiento de José Martí en Cuba se mantiene como un eje central en la identidad política, cultural y social de nuestra Cuba. Su legado, que abarca la lucha por la independencia, la justicia social y la dignidad humana, continúa influyendo en múltiples ámbitos.
Es reconocido como el «autor intelectual del Moncada», ya que su ideario inspiró a la Generación del Centenario, liderada por Fidel Castro, en la lucha contra la dictadura de Batista y en la consolidación de la Revolución de 1959. Este vínculo se refuerza en discursos y documentos que enfatizan su visión de una Cuba libre y soberana.
Eventos como el Seminario Juvenil de Estudios Martianos (con 48 ediciones en 2024) promueven debates sobre su pensamiento en contextos contemporáneos, destacando su relevancia para América Latina y la lucha contra la colonización cultural ya que enfatizó en la importancia de formar a los jóvenes en virtudes como el patriotismo, la solidaridad y la honradez. Hoy, estos principios se reflejan en proyectos educativos y en la participación activa de la juventud en la construcción del modelo económico y social cubano.
Pero más allá de su legado político, Martí también fue un poeta y escritor de gran sensibilidad. Sus «Versos Sencillos» y «Ismaelillo» son reflejo de una profunda conexión con la naturaleza y los sentimientos humanos, aspectos que lo acercan a las nuevas generaciones que buscan en la literatura respuestas a las preguntas eternas sobre el sentido de la vida.
Visualizó a Cuba como un equilibrio geopolítico para la región, idea que resurge en discursos sobre la integración y la resistencia ante desafíos globales. Su lema «Nuestra América» sigue siendo un llamado a la autonomía y la cooperación regional.
La vigencia de Martí en nuestro país es multifacética: desde su integración en el marco constitucional hasta su presencia en movimientos juveniles y debates intelectuales.