La existencia humana encierra en sí valores de extraordinario alcance, no solo por el aporte de los individuos al desarrollo en todos los ámbitos, a partir de la inteligencia alcanzada con la imposición imprescindible de las necesidades de cada época.
Hombres y mujeres fueron abriendo caminos desde las etapas primitivas hasta la era actual, donde es indetenible el avance tecnológico con todo un accionar cibernético, que no marca límites. En ese mundo de hacedores muchos han dejado su impronta en las distintas esferas del saber en los diversos espacios del planeta; un crecimiento humano, marcado por las buenas intenciones. A la par y sin profundizar en el tema, dicho de un modo simple e ingenuo, el propio desarrollo desigual fue generando guerras por intereses mezquinos, ambiciones, odios y perversidad, a costa de la vida.
En medio de todas esas circunstancias hay figuras que se mantienen relevantes por su rol y carácter universal, que lleva en sí su naturaleza al amparo del sentimiento más supremo de los seres humanos, el amor. Y es que en el pedestal de la historia siempre estará la mujer con su privilegiada suerte de ser madre. Sobran razones para que en muchas partes del mundo se dedique un día para homenajear a quien es el eje principal de la vida.
En Cuba siempre ha tenido una connotación especial el segundo domingo de mayo, porque es el día señalado en el calendario para homenajear a todas las madres y en este año son vastos los motivos, a partir de su crecimiento, resistencia y entrega ante las afectaciones de la guerra económica desatada contra el país.
No es secreto para nadie la difícil situación que enfrenta el pueblo cubano por la extrema crueldad de la gobernación estadounidense con la aplicación recrudecida del genocida bloqueo. Mas las madres cubanas se levantan cada día con el emprendimiento de enfrentar las complejas carencias, no solo de alimentos básicos, sino el real obstáculo económico para adquirirlos, la falta de gas para la cocción, los apagones reiterados por insuficiente generación eléctrica, que ocasiona muchos problemas y otras muchas situaciones difíciles. Aun así, ante tales dificultades, se alzan la confianza y la dignidad.
La prueba más reciente fue el desfile del Primero de Mayo por todos los rincones del país, donde una multitud de madres, presentes desde su condición de trabajadoras de cientos y cientos de centros, patentizaron el principio que identifica a los cubanos de que: Aquí no se rinde nadie.
Este año, si bien no será una excepción el homenaje, llevará un reconocimiento multiplicado por su elevado ejemplo de consagración, fidelidad y altruismo, de ahí que el cariño, la admiración y el respeto no estará solo en un abrazo inmenso, en un obsequio o en una flor, sino en la actitud cotidiana de corresponder a su grandeza.