Vilma Espín Guillois es una figura ineludible al hablar de la Revolución Cubana, pero su contribución excede con creces su imagen ya que el legado se entrelaza con la historia de nuestro país.
Más allá de su participación en la lucha clandestina y en la Sierra Maestra, se destacó como una visionaria en la promoción de la igualdad de género. Su formación como ingeniera química le proporcionó una perspectiva analítica y pragmática que aplicó a la identificación de las desigualdades que enfrentaban las mujeres cubanas en los años posteriores al triunfo de la Revolución.
Consciente de que la igualdad formal ante la ley no era suficiente para lograr una verdadera emancipación, se dedicó a crear espacios y mecanismos que permitieran a las mujeres acceder a la educación, al empleo y a la participación política.
La creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en 1960 fue su obra cumbre. A través de esta organización, impulsó políticas y programas que transformaron la vida de las mujeres cubanas. La FMC se convirtió en un poderoso instrumento para promover la alfabetización, la capacitación laboral, la atención a la salud y la planificación familiar, contribuyendo a reducir la mortalidad infantil y materna, y a mejorar la calidad de vida de las familias.
Desempeñó un papel fundamental en la transformación de la sociedad cubana ya que demostró una gran sensibilidad y preocupación por el bienestar de la infancia, impulsando así la creación de círculos infantiles, programas de atención materno-infantil y otras iniciativas para garantizar el desarrollo integral de los niños cubanos.
Su liderazgo y su visión contribuyeron a empoderar a las mujeres cubanas y a crear una sociedad más justa e igualitaria. Su legado es un llamado a seguir luchando por la igualdad de género, a cuestionar los estereotipos y a construir un mundo donde todas las personas, independientemente de su género, tengan las mismas oportunidades.
Vilma constituye un ejemplo de mujer cubana y merece ser valorado en toda su dimensión, más allá del uniforme y de las etiquetas, reconociendo tanto sus logros como sus limitaciones, y aprendiendo para seguir avanzando hacia un futuro de igualdad y justicia.