La niña apenas sacudió septiembre y ahora en octubre para Cuba no dejó la confirmación de los pronósticos para este mes de suma observación y medidas, al menos hasta el cierre de la primera decena y, no por eso, estimamos un cambio radical en el tiempo.
Allá en la costa del Océano Pacífico hizo estragos John, vendría Helene y Milton muy cerca de Cuba, pero rumbo resuelto hacia la Florida, éste último huracán llegó a categoría 5 y con vientos muy fuertes de hasta 160 km/h provocando oleajes de 4 metros y medio de altura, sin embargo, pocas lluvias y efectos negativos para nuestro país en este mes de Octubre.

Cierto es que los valores de la temperatura superficial del mar llamaron la atención por los propios registros históricos y el posible retorno de la Oscilación del Sur (La Niña), pero no hay por qué confiar y mucho menos en Octubre, un mes que todavía late por las huellas que dejó El Leñador Sandy, hace doce años y con un rumbo desde el sur caribeño hacia Norteamérica muy regular, como un cuchillo atravesó el oriente cubano, pero lo peor fue en Santiago en la madrugada del día 25.
Muchos hablan del paso de las tradicionales condiciones del tiempo características de un mes, hacia el más inmediato y mucho más, por ejemplo, que en noviembre cerraría la temporada ciclónica con las características tormentosas y huracánicas de octubre, y por eso, que vendría el asombro por las lluvias en diciembre, nada menos, que en las últimas horas del año.
Hay cambio climático severo, es verdad, pero con respecto al comportamiento de este octubre 2024, es significativa la respuesta del doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena López, asesor del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, y entrevistado por el colega Orfilio Peláez del periódico Granma. Menciona las abundantes “nubes de polvo del Sahara en la zona principal de desarrollo de estos organismos, en la cuenca del Atlántico” y agrega:
«Esa condición inhibe de manera significativa el surgimiento e intensificación de los ciclones tropicales (ct), pues les crea un ambiente sumamente hostil, debido al aporte de aire muy caliente y seco, con valores mínimos de humedad relativa (…) También, las nubes de polvo incrementan de manera significativa la cizalladura vertical del viento en las capas medias de la atmósfera –los llamados vientos cortantes–, factor que impide a los ct concentrar la energía requerida para su formación y gradual fortalecimiento, además de contribuir al establecimiento de marcadas condiciones de estabilidad atmosférica».
Y cita el colega Orfilio Peláez al doctor Eugenio Mojena sobre una reflexión curiosa de la cual poco se comenta y es un punto clave: “el comportamiento anómalo de los centros de presión atmosférica en el Atlántico, y la salida de las ondas tropicales de África, a latitudes más altas de las habituales”, lo cual “pone a merced de la irrupción más directa de aire muy seco asociado al bien llamado verdugo de los huracanes, capaz de limitar en gran medida la actividad convectiva de estos sistemas».
De todos modos, imposible confiar o predecir que octubre 2024 será “tranquilo”, cuando al cierre de estas líneas siguen altas las temperaturas en la superficie del Océano Atlántico y en el Mar Caribe, además, de los atenuantes polvos del Sahara Occidental.
El récord más reciente fue en 2023, en la temporada de huracanes en el Atlántico,muy activa con 20 tormentas como ocurrió en 1933. Tanta fue la energía ciclónica acumulada que batió el pico de 146, claro, estuvo el fenómeno de El Niño y el abundante calor en la superficie Océano Atlántico.
La anterior temporada ciclónica 2023, tuvo un Junio con tres ciclones, Julio uno, Agosto seis, Septiembre siete, pero octubre registró tres y de ellos el último fue más bien una depresión tropical.
Por eso, reiteramos que la niña apenas sacudió septiembre y ahora en octubre para Cuba no dejó la confirmación de los pronósticos para este mes de suma observación y medidas, al menos hasta el cierre de la primera decena y, no por eso, estimamos un cambio radical en el tiempo.
