El privilegio de nacer en Cuba no solo refiere la suerte de crecer y vivir con el beneficio de ser soberano, va mucho más allá porque todas las acciones encierran en su fundamento la protección del ser humano, eje fundamental de la sociedad.
Dentro de todo el universo poblacional, la mujer y los niños tienen una prioridad vital, de ahí los múltiples programas de atención, reconocidos por instituciones mundiales de la salud.
Por eso no causó asombro la acción simultánea de galenos, diplomantes y paramédicos en análisis exhaustivo del funcionamiento orgánico de niños de 0 a 1 año de nacidos en la llamada Intervención Integral de Pediatría.
Así se pudo constatar recientemente en una sede de salud, ubicada en los bajos del conocido Edificio Chivás, en Barnada y San Germán, en Santiago de Cuba, donde se dieron cita madres y niños de seis consultorios del Policlínico Carlos J. Finlay.
Allí entre otros médicos se encontraba la doctora Denise Mayor Rodríguez, especialista en Pediatría quien, al respecto explicó que se trata de un proceso recurrente en todo el territorio nacional con el objetivo de hacerle una evaluación integral al ciento por ciento de los lactantes.

“…Se evalúan las consultas y programas, según el protocolo establecido y hacemos mucho hincapié para evitar el riesgo de enfermedades. Hay niños con bajo peso al nacer, resultado de alumbramientos pre término, con cardiopatías, malformaciones u otros problemas de índole social, o sea dolencias o situaciones riesgosas para su normal desarrollo.
“En estos encuentros evaluativos damos atención a madres de hijos numerosos, con condiciones económicas desfavorables o con discapacidad intelectual. Lo evaluamos todo y de ahí salen medidas y soluciones.
En esta intervención sobresale un universo de 148 infantes de los consultorios 17, 18, 19, 20, 21 y 22. Se les ha medido la talla, el peso… Se les ha hecho una evaluación integral detallada, con el apoyo de las madres, quienes aportan importante información; estas, a su vez, reciben la orientación adecuada acerca de los cuidados, el desarrollo sicomotor, la alimentación y el necesario cumplimiento del programa de vacunación, entre otras cosas.
La intervención Integral de Pediatría es un proceso muy importante, además, porque ha permitido detectar, a tiempo, patologías diversas. Con frecuencia aparecen las infecciones respiratorias agudas y otras propias de esos primeros momentos de vida.
Sucede que, en Cuba, la salud no es una responsabilidad individual, sino eminentemente social, de ahí su gratuidad y esmerado cuidado a cada ciudadano, sin diferencia de ningún tipo y desde numerosas acciones preventivas para la detección de enfermedades y su seguimiento; los programas de vacunación y un sinfín de medidas, en pro de preservar la vida.
Y la Intervención Integral de Pediatría del Policlínico Carlos J. Finlay, es ejemplo fiel de todo cuanto se hace, por la salud de los recién nacidos, aun en condiciones tan difíciles, sin desmayar la voluntad y dedicación como digna expresión de la justicia y el humanismo de la Revolución cubana, inalterables ante la política imperial.