En Modo Verano se posicionó No como una marca, sino un estilo, forma y enfoque resiliente ante las adversidades en las cuales transitamos los cubanos ante las presiones del bloqueo y las trabas internas que aún sobreviven entre empresas, organismos y otros actores y gestores sociales.

Los protagonistas de este Modo Verano, sin dudas, son los niños –los que saben querer- seguidos por los adolescentes y jóvenes un tanto mayores, en su mayoría todos estudiantes, santiagueros que desafían los obstáculos y emprenden en grupos hacia las playas, el campismo, en la caminata por un sendero eco turístico, monte adentro, qué importa las lluvias, los truenos, relámpagos, centellas y la lejanía.

Hoy, se citan los mismo por whatsapps, facebook, Messenger, instagram, un mensaje directo por el móvil, una llamada telefónica por la vía fija o tradicional, incluso, en la misma cuadra o CDR, en el barrio donde no faltan los líderes sociales y muchas personas alegres, aparentemente, dormidas a quienes sólo hay que darle un toque y ya comienza el zafarrancho de verano.

Lo más típico son los colores, porque no sólo van los mulatos, mestizos, blancos, albinos, indios, chinos, gallegos, moros, isleños, no, qué va, este ajiaco se multiplica con los corticos azules con ribetes amarillos, pañoletas blancas con pintas negras, desmangados, en chancletas, tenis, con gorras o sombreros, con sombrillas o gafas, siempre los pomos de agua, batidos, jugos, refrescos, mangos, uvas, zapotes y el resto estará en el camino o, de lo contrario, ya aparecerán otras alternativas, porque el tiempo vuela en este verano.

Y esa dinámica, también están los encuentros entre viejos amigos, las visitas ocasionales, la fiesta que nadie anunció y se disparó como lo mejor, tan sólo con un toque de cajón, una latica de cerveza hasta que llegó alguien con speaker portátil y entre reggaetones, sones, bachatas, hip hop y rumbas, se armó la de San Quin Quín hasta romper la tranquilidad en una esquina, en una parada, en un parque o avenida.

Los curiosos se detienen y miran, otros gatillos alegres toman muchas fotos y videos, pero no saben cómo se dejaron llevar y quedaron enrolados en la gran descarga –a lo cubano- asombro para turistas extranjeros o enemigos que cayeron en el desarraigo cultural y no se explican por qué la descarga ante tantas carencias.

“Póngase usted en Modo Verano, compay, a mal tiempo, buena cara, aquí no hay espacios para los despechaos.”
