Una mirada reflexiva

La  complejidad económica que afronta la nación es un tema que ocupa el común análisis de la población cubana en cualquier escenario de debate espontáneo, donde generalmente quedan claras las causas y el esfuerzo que realiza la dirección del país para salir adelante.

Pero el asunto no es tan sencillo, ni exclusivo a aquellos que tienen la responsabilidad de enrumbar la estrategia para estabilizar la economía. De hecho tal y como expresara recientemente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba, se trabaja a partir de un programa, diseñado hasta el 2030, donde se contemplan los problemas de la inflación, el mercado cambiario y la tasa establecida, las políticas monetaria y fiscal, el salario, las pensiones, el empleo, los incentivos para la producción y las exportaciones, el uso de las finanzas y el papel de la Empresa Estatal Socialista y su relación con el resto de las organizaciones, entre otras prioridades, o sea un reordenamiento económico.

Si bien todo eso genera vigorosas medidas con pleno dominio del entramado complejo, donde, además, aparecen las artimañas del bloqueo, cual espada de Damocles, se imponen también soluciones efectivas para contribuir a estabilizar la producción nacional, a partir de todos los actores de la sociedad y la voluntad de cubanos y cubanas para lograr la inexorable  soberanía económica.

No se trata de consignas, sino de exigencias reales, al amparo de nuestra condición soberana, de ahí no solo cumplir cabalmente con el desempeño personal, sino siempre tener presente la necesidad de pensar como país, cosa que para los nativos de este archipiélago no es nada difícil, porque le definen valores como el humanismo y la solidaridad.

Al decir de Díaz-Canel la importación anual asciende a más de 2 mil millones de dólares en productos, muchos de los cuales podrían producirse a escala nacional, por lo que se implementan vías para fortalecer el mercado interno, como fuente de desarrollo y, por consiguiente, la necesaria soberanía económica.

Sucede también que la eficiencia en la producción nacional propicia el desarrollo de las exportaciones, que incide, a su vez, en el ingreso de divisas para suplir necesidades y respaldar, a instancia de la economía, la sostenibilidad del país.

Aunque este es un tema para avezados economistas, vale una mirada reflexiva porque no estamos exentos de lo que nos toca como baluartes cardinales de este momento histórico social. La naturaleza de los cubanos no dejará pasar la oportunidad de continuar creciendo unidos por todos y para el bien de todos.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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