Autor: Wennys Díaz Ballaga
¿Cuán difícil puede ser para cualquier persona llevar una dieta rigurosa? ¿Cuántas veces muchos comenzamos un régimen alimentario específico para bajar de peso, mantenerlo o aumentar masa muscular, y luego, cuando la fuerza de voluntad nos abandona, lo dejamos?
Sin embargo, existen personas que deben vivir sin que los abandone esa fuerza de voluntad, porque de ella depende su salud, y ese es el caso de los pacientes celíacos.
La celiaquía o enfermedad celíaca es una afección digestiva que daña el intestino delgado y altera la absorción de las vitaminas, los minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos.
Los pacientes con esta enfermedad no toleran una proteína llamada gluten, que se encuentra en los cereales como el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
El doctor Oscar Manuel Villa Jiménez, especialista de segundo grado en Gastroenterología, explicó, en entrevista a Granma, que la enfermedad por mucho tiempo se estableció como propia de la edad pediátrica, pero hace tiempo se conoce que puede debutar en cualquier momento de la vida.
Añadió que los síntomas son variables. Entre los clásicos se encuentran la diarrea crónica con signos de malabsorción intestinal, aunque puede existir un sinnúmero de otras alteraciones, que pueden ir desde una anemia, reflujo gastroesofágico y otras condiciones sin respuesta al tratamiento, hasta infertilidad.
Para detectar la enfermedad, apuntó, hay que pensar en ella como posible diagnóstico ante la gran variedad de signos, síntomas y enfermedades asociadas, pues no es poco frecuente que exista un sobre diagnóstico, incluso desde la edad pediátrica.
Villa Jiménez insistió en que el tratamiento fundamental para garantizar una buena evolución es llevar «una dieta libre de gluten de por vida».
EL COMPLEJO RETO DE VIVIR SIN GLUTEN
De acuerdo con cifras recientes, en el país existen alrededor de 900 personas diagnosticadas con celiaquía; sin embargo, se estima que pueden existir otras que permanecen asintomáticas.
A pesar de la estrategia nacional de los ministerios de la Industria Alimentaria, Salud Pública y Comercio Interior, para suministrar productos elaborados con los ingredientes saludables para su condición, no hay todavía una producción de gran alcance.
Aun así, permanecen las panaderías–dulcerías especializadas en la elaboración de productos sin gluten en algunas provincias del país como La Habana, Matanzas, Villa Clara, Holguín y Santiago de Cuba.
La obtención de los mix para estas producciones es exclusivamente de importación, lo que implica un necesario gasto de divisas para el país, en medio de la crisis económica.
En cambio, no dejan de aparecer alternativas como la de Liliana Bacallao González, una artista devenida agricultora, por vivir con la enfermedad celíaca, quien asume en su finca la elaboración gratuita de un módulo alimentario para niños celíacos residentes en los municipios Jimaguayú, Vertientes y Camagüey.
En declaraciones anteriores a Granma, Bacallao González explicó que en su finca se elabora pan, galletas, pizzas y espaguetis con harina de yuca, arroz, sorgo y maicena. También hacen leche con la semilla de la calabaza y aprovechan las flores y el boniato para cocinar otros platos.
Consideró entonces que la solución a los problemas no es colocarles los nutrientes a las personas en la mesa, sino enseñarles a crearlos, por lo que habilitaron una escuela de capacitación en la que imparten talleres de agroecología y de cultura de producción orgánica.