Este domingo 19 de mayo se cumplieron 129 años del fallecimiento de José Martí, quien con su ejemplo personal impulsó la revolución cubana hacia la independencia, enfrentando el dominio español y buscando evitar la expansión de Estados Unidos hacia el sur del continente americano.
En una carta dirigida a su amigo mexicano Manuel Mercado, Martí expresó claramente su postura: «Todos los días estoy en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, de evitar a tiempo con la independencia de Cuba que los Estados Unidos se extiendan por las Antillas y caigan con una fuerza más sobre nuestras tierras de América».
Al terminar la guerra contra la colonia, las ideas de Martí no se cumplieron de manera absoluta porque después de la intervención del ejército norteamericano en la contienda en 1898, éstos se mantuvieron en la administración de la isla durante más de tres años.
Precisamente, hace 122 años, el 20 de mayo de 1902, fue arreada la bandera de las barras y las estrellas y las autoridades interventoras estadounidenses entregaron el poder al primer presidente electo Tomás Estrada Palma, “independencia” celebrada en el país después de 30 años de lucha en favor de la patria, pero que nacía herida por la Enmienda Platt.
Cuba, como nación, se encontraba devastada, sin ejército, sin recursos económicos y con una gran pobreza, por tanto, dirigir el país en esas condiciones de quiebra no fue una tarea sencilla para Tomás Estrada Palma y su gobierno. Su actitud sumisa hacia la potencia del norte solo logró infundir temor y desesperanza en la masa revolucionaria que había llevado la insurrección hasta la independencia mediada.
Es sabido que, como consecuencia de la actitud entreguista de los gobiernos que se sucedieron durante más de medio siglo, la verdadera independencia de la República no se alcanzó hasta el primero de enero de 1959; sin embargo, el 20 de mayo, aunque no sea una fecha de celebración, sí marcó el inicio de nuevas formas de lucha por la soberanía de la patria.
Fieles a las ideas adelantadas por nuestro Héroe Nacional, nos hemos enfrentado durante más de 65 años a los gobiernos revueltos y brutales del norte, tal como él los describió, con el objetivo humilde de contribuir a evitar que «se extiendan por las Antillas y caigan con una fuerza más sobre nuestras tierras de América».