La Constitución de la República, documento supremo y rector de la sociedad cubana, revela en todo su articulado la dimensión de la justicia social que identifica a la nación, de ahí que muchas de sus regulaciones, asentadas en sus normas, tributan a la protección de las personas en cualquiera de sus desempeños.
Una de las prácticas más nocivas, que aún se manifiestan en diferentes escenarios de trabajo es el acoso laboral, hecho despreciable con tratamiento disciplinario, dispuesto en el decreto 96 del 28 de septiembre de 2023.
Sucede que el sistema social de la nación reconoce a la dignidad humana como magno valor, de ahí que no queda exenta de atención ninguna manifestación lacerante a tal principio, por lo que la prevención y la actuación oportuna ante la discriminación, la violencia y el acoso laboral son de inexorable cumplimiento.
El referido decreto recoge con amplitud el fundamento que sustenta la necesaria atención hacia tales manifestaciones ofensivas a la integridad de las personas y que, de hecho, entorpecen el quehacer de trabajo en cualesquiera de las funciones del afectado.
Tal y como dispone el artículo 42 de dicha norma jurídica, ante la ley todas las personas son iguales y reciben la misma protección y trato de las autoridades; así también gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación de sexo, género, orientación sexual, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa o cualquier otra distinción personal.
En Cuba existen muchos problemas en el orden económico por razones conocidas, pero su programa integral social no descuida ningún aspecto de prioridad en el cometido del ser humano. Por eso cuando en el ámbito laboral el trabajador, cuadro o funcionario es objeto de amenazas, humillaciones, persecución y otras formas de maltrato, se lleva al análisis conveniente con la aplicación de las medidas determinadas, al efecto.
El cuerpo de legislaciones de la República de Cuba basa sus alegatos jurídicos en la carta magna, donde queda claro que todo se hace por el bien de los cubanos, al amparo de valores construidos en consonancia con la historia y las enseñanzas de Martí y Fidel como excepcionales guías.