Hay que seguir haciendo la guerra al síndrome del misterio

Durante la IX Asamblea General de la Unión de Historiadores de Cuba, que tuvo lugar en La Habana los días 26 y 27 de marzo, Rogelio Polanco Fuentes, miembro del secretariado del comité central del partido y jefe de su departamento ideológico, abordó la necesidad de avanzar hacia una visión integral de la comunicación organizacional, mediática y comunitaria que trascienda los límites locales, tanto en los espacios físicos como virtuales.

En medio de estas reflexiones, me vienen a la mente las manifestaciones que tuvieron lugar a mediados de mes debido a la falta de electricidad y la escasez de alimentos en algunos barrios de la ciudad de Santiago de Cuba. Aprovechando sus ventajas tecnológicas, quienes nos adversan inundaron al mundo con mentiras, afirmando que los cubanos se habían alzado contra el régimen comunista, y sostenían que las protestas eran masivas.

Si bien es cierto que nuestras autoridades políticas y del gobierno de la provincia salieron a explicar a los manifestantes las causas de los desabastecimientos, generando un efecto positivo en esa ocasión, la mayoría de los ciudadanos se hacen preguntas como: ¿por qué no se actuó antes?, ¿Qué influencia tienen las organizaciones de base en los barrios?, ¿Existe una comunicación real y efectiva entre las instituciones y la población?

Hace 39 años, durante el quinto congreso de los periodistas cubanos, el comandante Fidel Castro Ruz expresó su preocupación acerca del «síndrome del misterio» que había permeado muchos aspectos de la vida cotidiana en Cuba; reconoció que esta necesidad de mantener el secreto era resultado de la única opción que los enemigos de la revolución nos habían dejado: “actuar con cautela en defensa de la economía y la integridad de la patria”; sin embargo, convocó a los profesionales de la prensa a trabajar arduamente para romper el silencio cómplice que tanto daño nos hacía al tratar de ocultar nuestras deficiencias.

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Fidel en el V Congreso de la UPEC

A nivel nacional, se vislumbra transparencia en el trabajo de comunicación, promovida incluso por las máximas autoridades políticas y del gobierno, pero el «síndrome del misterio» o del «secretismo» del que habló el máximo líder de la revolución todavía está presente en algunos espacios, y es necesario imponer la narrativa de la verdad y la justicia de la revolución, para evitar que el silencio, por cualquier motivo, abra el camino a la manipulación de nuestras realidades.

Desde mi perspectiva personal, considero fundamental continuar combatiendo el síndrome del misterio, aprovechando al máximo todos los espacios y plataformas comunicativas disponibles de manera eficiente y efectiva, y comprender de una vez por todas, que las redes sociales desempeñan un papel fundamental como una de las principales herramientas para defender la revolución.

En Cuba, según información publicada, hay aproximadamente 8 millones de líneas celulares activas, lo que las convierte en el medio de comunicación más utilizado en el país. “A buen entendedor, sobran las palabras”.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican…

Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.

Una realidad latente; hay que cumplir la máxima de estar por delante de la noticia.

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