De cómo «se hace la luz» en las montañas

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Millones de dólares destina el Estado cubano para que en 320 comunidades intrincadas y alrededor de 8 000 viviendas aisladas, en la abrupta geografía de Santiago de Cuba, haya electricidad mediante los grupos electrógenos y paneles solares fotovoltaicos

Autor: Luis Alberto Portuondo

Santiago de Cuba.— Aunque las capacidades de generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) han fluctuado mucho en los últimos años –por causas y condiciones ampliamente abordadas–, son significativos los resultados en el objetivo gubernamental de proveer energía eléctrica a decenas de miles de personas que viven y trabajan en las zonas más intrincadas, sustentado por un extraordinario subsidio estatal.

Es una conquista de la Revolución a la que no se renuncia, en tanto se extiende –también marcada por las carencias– por las montañas de esta provincia, con el relieve más escabroso del país.

En la República Popular China ya fueron embarcados 420 módulos de paneles fotovoltaicos solares, con un costo de seis millones de dólares, y las baterías para reponer las defectuosas que hay en no pocas viviendas. Eso lo saben, con lujo de detalles, las 277 familias que habitan en El Macho y La Magdalena –en el corazón de la Sierra Maestra–, que se beneficiarán de un proyecto que se debe, en gran medida, a la pertinaz gestión de Yisel Fonseca Méndez, delegada de la circunscripción 78 del municipio de Guamá.

«Hablé hasta con el Ministro de Energía y Minas, y la luz ya se puede ver al final del túnel, porque los paneles no son nuevos por estos lares. Pregúntaselo a Ana Iris Martínez Gómez, que vive en Río La Mula y tiene uno desde hace seis años», dijo a Granma la también diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En La Caoba, al norte del territorio y en plena Sierra Cristal, Geobel Mendoza Herrera espera ansioso la llegada de los camiones cisterna que traen el petróleo destinado para la generación de electricidad en la zona de Joturo.

«Yo pongo mi tractor a disposición de esa comunidad porque los caminos están muy malos, y me conozco estas montañas como la palma de mi mano», aseguró el campesino, con el machete en una mano y el celular en la otra, luego de comunicarse con Orlando Orive Silva, jefe de la brigada que atiende a 31 de las 81 comunidades santiagueras en las que se genera electricidad por este medio.

EN LA TIERRA CALIENTE EL SOL FAVORECE

Son 1 963 las viviendas aisladas que tienen paneles solares. Los especialistas de la Empresa de Reparación de Plantas Industriales y Equipos Tecnológicos –que operan en las provincias de Granma, Holguín, Santiago y Guantánamo– recorren decenas de kilómetros para darles mantenimiento a los módulos. Los vínculos con las familias campesinas se hacen entrañables.

«El café no falta, lo cuelo desde temprano, para que suban hasta la última casa. Yo estoy contenta, figúrate, solo pago diez pesos mensuales por este servicio», refiere Ana Iris Martínez Gómez, que tiene en su casa, además de un panel, el teléfono público que sirve a los pobladores de Río La Mula.

«Los módulos instalados son de 300 watts, admiten un televisor de 32 pulgadas y cinco luminarias led, que están incluidas en el módulo. Ciertamente no suplen las necesidades de los hogares, pero proveen la luz del horario nocturno», enfatiza Orlando Riera Girón, director de Inversiones en la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba.

En el 40 % de las casas (778) existen averías, principalmente con las baterías. «En cuanto lleguen al país las repondremos, como siempre hacemos. Ahora nos enfocamos en la implementación del mencionado proyecto con la Universidad de Sancti Spíritus, que posibilitará la instalación de módulos de 2,2 kilowatts que incluyen batería, acumulador e inversor, con una duración estimada de 25 años, y permitirán conectar un televisor, un frío, lavadora y cocina», aseguró Riera Girón.

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El sentido de pertenencia de la población por los equipos es elevado. Foto: Luis Alberto Portuondo Ortega

El precio de cada módulo en el mercado internacional está entre los 1 900 y 2 400 dólares, «no obstante, se mantendrá el pago de diez pesos y se proporcionará a ambas comunidades dos bombas de agua y una nevera para la conservación de alimentos, proporcionalmente», detalló el directivo, que recuerda que, desde la década de los 90 de la pasada centuria, y como iniciativa del Comandante en Jefe, en las escuelas y salas de video no conectadas al SEN, han sido instalados miles de estos paneles, con un elevado costo de recursos materiales y financieros, pero de altísimo impacto social.

«ESTAS SON NUESTRAS TERMOELÉCTRICAS»

Elárides Montero Figueredo comenzó como sustituto en el grupo electrógeno de montaña Chamarreta 2, «y desde hace cinco años soy el operario. La gente de aquí cuida mucho estos equipos que, aunque generan solo cuatro horas diarias, son nuestras termoeléctricas y con un servicio totalmente gratuito».

Conocimos que los habitantes de El Naranjal, con el Delegado al frente, con picos, azadones y palas, estaban rehabilitando el angosto camino para que llegara el camión triple con el combustible. En horas de la madrugada, María Caridad Jiménez Parra, jefa de turno en el ServiCupet Siboney, en San Luis, detuvo la extensa cola de vehículos porque «siempre que llegan las ambulancias y los carros de montaña hay que dejar lo que se esté haciendo, ellos se convierten en la prioridad».

Mucho más al norte, los grupos ubicados en El Berjel y Limones están muy cuidados. Aracelis Ricardo y Minerva Peña son las operarias. «Es un trabajo de mucho cuidado, yo le tenía miedo a la electricidad, pero ya me acostumbré. Tengo mi salario y en el barrio todos me conocen como la doña del grupo electrógeno», afirmó, con mucho orgullo, Aracelis.

«La Empresa Eléctrica atiende a 79 comunidades que, por su lejanía, no están vinculadas al SEN con estos grupos que antes eran gestionados por Servicios Comunales. Es necesario acotar que el déficit de combustible ha provocado que en alguna que otra zona se haya carecido de este; sin embargo, la generalidad es que la cobertura supera los 20 días. El Estado asume la transportación, el mantenimiento, los salarios, al tiempo que el sentido de pertenencia de la población es elevado», subrayó Osvaldo Bell Sánchez, director de la unidad empresarial de base Generación de Emergencia.

Es menester resaltar que en las poblaciones de Paraíso (San Luis) y La Gran Piedra (Santiago de Cuba) «se genera electricidad las 24 horas del día, con emplazamientos de la Empresa de Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (Geysel)», de acuerdo con funcionarios de la entidad y constatada, por Granma, su vitalidad con los gobiernos locales y la población.

Por medio de minihidroeléctricas muchas familias tienen electricidad, como acontece desde hace décadas en Pedernal (San Luis) y en decenas de localidades a lo largo de Guamá. En este sentido, la explotación de las fuentes renovables de energía (solar e hidráulica) es una opción viable a la que la dirección del país concede alta prioridad.

Sin embargo, en Guaimaral (Ocujal del Turquino, Guamá), sus 43 viviendas no reciben el servicio –aunque en el futuro serán instalados paneles de 300 watts–, y eso sucede en varias comunidades de San Luis, uno de los municipios menos electrificados de la nación, y otros territorios de la provincia, «porque en estos momentos es muy difícil ejecutar las grandes inversiones que implicaría llevar las redes y sistemas hasta comunidades que, en su mayoría, están a grandes distancias de las líneas», recalcó el Director de Inversiones.

Sea en La Pilita (Contramaestre), donde viven 356 personas, o en La Estrella (San Luis), con 25, y en cada una de las 2 592 familias santiagueras –que integran a 9 138 individuos–, se valoran muchísimo esas cuatro horas de luz y los tangibles y no pocas veces anónimos esfuerzos para que la garantía sea constante.

«En todas esas casas se ahorra electricidad, yo le digo a mi mujer que también lo haga. Yo sé cuando salgo, pero no cuándo regreso. Es mucho el andar y hasta me apodaron como el viejo montañero», manifestó, desde el Kamaz, Orlando Orive Silva, porque la luz de la serranía «no puede faltar».

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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