Redes Sociales, nuevo entorno de agresión contra Cuba

Cuba regresó a los titulares, como suele ocurrir para esta fecha, tradicionalmente desde el año 1992, pero el bloqueo no sólo continúa, avanza y hasta cobra más agresividad por las redes sociales, principalmente, por Facebook, Instagram y X.

Basta no decir nada, tan sólo que la url evidencie que estás conectado desde Cuba o que el número del móvil denota el +53, ahí van los ataques desde Facebook, YouTube, Instagram, Messenger, Telegram, Twitter, LinkedIn y cuidado si una indiscreción provoca el acceso al grupo de Whatsapp; es más, lamentablemente, veo a algunos colegas abandonar su identidad y en zafarrancho por borrarlo todo lo posteado en defensa de su país, como si google y todo el ejército activado por la Casa Blanca no tuvieran la base de datos de quienes articulan el derecho de este archipiélago nacional.

Cierto que lo positivo y negativo de las redes sociales van muchas veces de la mano: Alcance, Interactividad, Conversación, Costo, Información en tiempo real y como instrumento de occidente para los golpes blandos, guerras híbridas de cuarta generación en función del derrocamiento de gobiernos, manipular economías y comportamientos de los públicos, sobre todo, provocar el caos y la inseguridad.

En el caso de Cuba los grandes desafíos son: la necesidad de la generación de contenidos propios en defensa de la imagen nacional, acceder sistemáticamente, la asimilación de nuevas tecnologías, la participación real, sustantiva; la presencia del sector empresarial, el poco manejo en idioma inglés, el dominio de herramientas desde el móvil, la Pc y la seguridad digital.

Los usuarios de redes sociales crecen en centenas de millones, esto es comparable con la población de cualquier país y no tardará ser un continente flotante, interactivo, en la realidad virtual.

Como desafío permanente está la producción de contenidos, no solamente en textos, sino en lo que connotan los videos, las fotos, un meme, el videoblog, la web, las infografías y podcast.

Interesante es cómo las redes sociales articulan un tema, por ejemplo, el bloqueo a Cuba, asunto de suma actualidad que conlleva al conocimiento y modelación de las técnicas posibles para el posicionamiento de la imagen cubana desde la resistencia, sin embargo, detrás están los algoritmos como reyes magos, o sea, el conjunto de normas de programación que hará que una publicación cambie por el interés de la red social en sí. Claro, para que todo funcione de maravilla, EEUU dio luz verde a la división de ciberataques, el uso de fakenews, el monitoreo con satélites estacionarios, el bloqueo digital y todo con un respaldo en el presupuesto con el pentágono, como ejecutor, igual que la USAID, el FBI y la CIA, ahora precipitados ante un mundo que ya no es unipolar.

Hoy, en la comunicación digital se enfoca con toda intencionalidad, “La industria de los sentidos”, en un mundo cambiante donde cobra relevancia  la actual «sociedad de la información o de la comunicación», reconociendo que la dimensión simbólica pesa, cada vez más, en el comportamiento de las personas y en sus formas organizativas. Los individuos responden menos a las experiencias directas y personales que a las mediadas o «mediatizadas» por la información, sea a través de los medios de difusión o de su entorno inmediato.

De ahí la importancia creciente que tiene para las estructuras de poder el control de la producción, acumulación y circulación de los recursos simbólicos. Control que hoy, con los grandes volúmenes de información que circulan, no radica tanto en los contenidos, sino en los códigos, que son los que dan sentido a los mensajes.

La clave de la actual sociedad, también llamada “sociedad digital”, está en una acumulación fabulosa de información. La “aldea global”, como diría McLuhan, se construye sobre estos cimientos. El principal recurso pasa a ser el manejo de información -cuanto más y más rápidamente manejada, mejor-, el capital humano capacitado, lo que se conoce como el know how.

Simples y complejas, así es el tema de las redes sociales enfocadas desde el marketing digital, sus tecnologías de la información y las comunicaciones que implican habilidades y formas de construcción del conocimiento, dígase de la recepción de datos y las interfaces para procesarlos; cómo se posicionan por minutos y el debate no parece terminar, mucho menos sobre cómo impactan en los diferentes públicos, nichos comerciales, grupos etarios y comunitarios mientras la polémica aumenta desde lo educativo a lo comunicacional.

Se acentúa que las redes sociales digitales llegaron para quedarse, no estamos en contra de ellas, sino de la macabra intencionalidad de quienes buscan el desorden contra la paz, la barbarie ante el conocimiento, el odio, la ira, la violencia y no la cultura, la educación y la identidad.

Cuba es hoy más que un país soberano, un metadato indiscutible en las redes sociales, ya sea por la articulación del tema como las tendencias que de ello se desprende, por ejemplo, “Santiago de Cuba”.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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